Ciudadanos protestan en las calles a raíz de nuevas ejecuciones de reos

Domingo 9 de marzo de 2025, p. 21
Washington. La ejecución del preso David Leonard Wood, mediante inyección letal está prevista para el 13 de marzo, lo que lo convertiría en el séptimo hombre ejecutado en Estados Unidos este año y el tercero en Texas. El caso se suma al de un hombre de Carolina del Sur que fue ejecutado antier por un pelotón de fusilamiento, el primer prisionero en morir por dicho método en 15 años en el país.
En entrevista con el medio USA Today, Wood, presunto homicida serial y apodado El Asesino del Desierto, por el lugar en el que se encontraron los cuerpos, aseguró que está enojado
por permanecer en el corredor de la muerte de Texas durante casi cuatro décadas sin ninguna evidencia de ADN que me vincule
con los asesinatos de seis mujeres y niñas en El Paso. Pero lo que más le enoja es su ejecución, prevista para la próxima semana.
Wood y su abogado han pedido una y otra vez el indulto, y podrían presentar su caso ante la Suprema Corte de Estados Unidos. El gobernador de Texas, Greg Abbott, todavía tiene el poder de intervenir.
En tanto, tres voluntarios del Instituto Correccional Broad River utilizaron antier fusiles para llevar a cabo la ejecución de Brad Sigmon, de 67 años, quien fue declarado muerto a las 18:08 horas. Antes del fusilamiento varios manifestantes se congregaron frente a la prisión para exigir el fin de la pena capital. Sostenían carteles que proclamaban Toda vida es preciosa
, Ejecutar justicia, no personas
y No más asesinatos
, reportó CNN News.
Los partidarios y abogados de Sigmon le pidieron al gobernador republicano Henry McMaster que conmutara su sentencia por cadena perpetua. Afirmaron que era un prisionero modelo, al que los guardias le tenían confianza, y que trabajaba todos los días para expiar los asesinatos, además de que cometió los crímenes tras sucumbir a una grave enfermedad mental.
Pero McMaster negó la solicitud de clemencia. Ningún gobernador ha conmutado nunca una sentencia de muerte en el estado, donde 46 prisioneros han sido ejecutados desde que se reanudó la pena capital en Estados Unidos en 1976. Siete han muerto en la silla eléctrica y 39 por inyección letal.
Durante la ejecución, Sigmon llevaba un overol negro con una capucha sobre su cabeza y una diana con un centro rojo sobre su pecho. Los tres verdugos se situaron a 4.6 metros de donde él estaba sentado en la cámara de muerte del estado, la misma distancia que hay entre el tablero y la línea de tiro libre en una cancha de baloncesto, señaló Ap. Dispararon al mismo tiempo a través de aberturas en una pared y no eran visibles para los 12 testigos que se encontraban en una sala separada de la cámara por vidrio a prueba de balas. Sigmon respiró a fondo varias veces durante los dos minutos que transcurrieron desde que le pusieron la capucha hasta que se realizaron los disparos.
Un médico ingresó aproximadamente un minuto después y lo examinó durante 90 segundos antes de declarar su muerte. Sigmon fue condenado por golpear hasta la muerte a los padres de su ex novia, William y Gladys Larke, con un bate de beisbol en su casa de la ciudad de Taylors en 2001, luego de que se frustrara su plan para secuestrar a su hija, a quien planeaba llevarla a un fin de semana romántico para luego matarla y suicidarse
.
El abogado de Sigmon leyó una declaración final que aseguró era de amor y una exhortación a mis compañeros cristianos para que nos ayuden a poner fin a la pena de muerte
, y agregó que eligió el pelotón de fusilamiento porque la silla eléctrica lo cocinaría vivo
, y temía que una inyección letal de pentobarbital en sus venas enviaría un torrente de líquido y sangre a sus pulmones y lo ahogaría.
Desde 1977, sólo tres prisioneros más en Estados Unidos han sido ejecutados por pelotón de fusilamiento. Todas las ejecuciones se llevaron a cabo en Utah, de las cuales la más reciente fue la de Ronnie Lee Gardner en 2010.