No hay nada más decepcionante que ver una versión cinematográfica de un texto en la que el director ha juzgado mal el espíritu de la novela

Viernes 7 de marzo de 2025, p. 8
Tiene sentido que Hollywood recurra a la palabra escrita para inspirarse a la hora de producir nuevas películas, pero la triste verdad es que se ha llegado a una dependencia excesiva del uso de material prexistente para encontrar la próxima gran franquicia o para sacar provecho del éxito de un best seller. Es justo: estas adaptaciones siempre tendrán garantizada una gran recaudación en taquilla gracias a que los lectores del libro se limitan a asistir a ver cómo la película ha trasladado ciertas partes a la pantalla.
Si bien existen ejemplos sólidos de adaptaciones exitosas para la gran pantalla (El Señor de los Anillos, películas de Harry Potter, Perdida), es más que probable que haya habido una mayor cantidad de trabajos fallidos. No hay nada más decepcionante que ver una versión cinematográfica de tu libro favorito y darte cuenta minutos después de que el director ha juzgado mal el espíritu de la novela o de que dos actores han sido elegidos para los papeles equivocados y no tienen química alguna.
A continuación, en el Día Mundial del Libro 2025, clasificamos los 20 libros que deberían haberse dejado en paz y nunca haberse convertido en películas.
Duna (1984)
Dune, adaptación de David Lynch, fue un desastre absurdo y profundamente enrevesado que desperdicia un reparto agradablemente excéntrico. Es la única de las películas de Lynch que el director ha desautorizado públicamente. Una versión del director de La llegada, Denis Villeneuve, protagonizada por Timothée Chalamet y Zendaya, recibió críticas mucho mejores de los expertos.
La hoguera de las vanidades (1990)
Warner Bros compró los derechos cinematográficos a Tom Wolfe por 750 mil dólares. Tom Hanks y Melanie Griffiths fueron elegidos (por error) para los papeles principales. El cineasta Brian De Palma tuvo dificultades para manejar los muchos platos de la producción en medio de informes sobre problemas crecientes en el set que fueron presenciados y documentados en el libro posterior de Julie Salmon, The Devil’s Candy.
Billy Bathgate (1991)
La película de gánsteres protagonizada por Dustin Hoffman y Nicole Kidman, no le hizo justicia a la aclamada novela de E.L. Doctorow de 1989. Con los esfuerzos del director ganador del Oscar por Kramer vs. Kramer, Robert Benton, y un guion de Tom Stoppard, la película tenía todos los ingredientes para ser tan buena como El Padrino, Scarface y Uno de los Nuestros. En cambio, fue una adaptación vacía, en gran parte porque se perdió toda la magia con la ausencia de la narración del personaje central , una gran razón detrás del éxito de la novela.
La letra escarlata (1995)
Clasificada como una de las peores adaptaciones literarias jamás realizadas, y con razón. Descrita por DH Lawrence como una obra perfecta de la imaginación estadunidense
, la novela recibió una versión hollywoodense que acabó siendo objeto de burlas tras fracasar en taquilla.
Campo de batalla: La Tierra (2000)
Para ser justos, pocos serían capaces de convertir Battlefield Earth, la película de L. Ron Hubbard supuestamente inspirada en la cienciología, en algo decente. Esta epopeya protagonizada por John Travolta con rastas ha pasado como una de las peores cintas de la historia, ya que acabó con la carrera cinematográfica convencional de Travolta y destruyó la de Barry Pepper antes de que siquiera comenzara.
La mandolina del capitán Corelli (2001)
La novela de Louis de Bernières fue uno de los mayores éxitos literarios de la década de 1990, pero la versión cinematográfica de 2001 perdió todo rastro del alma y el corazón de la narración. Los diálogos son desastrosos y los protagonistas, Nicolas Cage y Penélope Cruz carecen de química.
La máquina del tiempo (2002)
La belleza de la novela de ciencia ficción de HG Wells de 1895 se perdió entre tantos efectos especiales en esta insípida adaptación, dirigida por el bisnieto de Wells, Simon. Todo lo que aparece, incluida la actuación principal de Guy Pearce, es de madera, salvo el artefacto de cobre para viajar en el tiempo que es el centro de la historia.
El cazador de sueños (2003)
Ha habido tantas adaptaciones decepcionantes de Stephen King como exitosas, pero Dreamcatcher se encuentra al final de esa lista. El talento estaba presente: Damian Lewis, Morgan Freeman, Timothy Olyphant, pero el producto final nunca se correlaciona con nada decente.
Amor perdurable (2004)
Adaptación de la novela de Ian McEwan sobre personas cuyas vidas se ven enredadas tras presenciar un accidente mortal. Si bien la actuación de Daniel Craig como el profesor universitario Joe, junto con la de Rhys Ifans como Jed (el hombre que se obsesiona con él), son convincentes, la cinta deja poco tiempo para el desarrollo de los personajes y sufre por ello.
La captura perfecta (2005)
The Perfect Catch es la adaptación estadunidense de 2005 de Fever Pitch de Hornby transforma el material original en una comedia romántica urbana más desechable y poco interesante.
El Código Da Vinci (2006)
Es una auténtica porquería. Sus secuelas, Ángeles y demonios (2009) e Infierno (2016), también son horribles, pero la razón por la que la adaptación inicial de Dan Brown se considera la peor es porque las otras no habrían existido si ésta no hubiera tenido tanto éxito.
Eragon (2006)
Twentieth Century Fox claramente quería que fuera su respuesta a Harry Potter, pero las terribles críticas frenaron ese plan de inmediato. Eragon es el peor tipo de adaptación de fantasía, una en la que todo el sentido de vitalidad fantástica de los materiales originales desaparece durante su traducción a la pantalla grande.
Corriendo con tijeras (2006)
La adaptación de Ryan Murphy es un fracaso total de principio a fin, a pesar de los mejores esfuerzos de un reparto estelar que incluye a Annette Bening, Gwyneth Paltrow, Evan Rachel Wood y Brian Cox. No es de extrañar que esta película se hundiera sin dejar rastro.
La mujer del viajero en el tiempo (2009)
Adaptación poco convincente. Los productores pensaron que elegir a dos grandes estrellas de Hollywood era una buena idea, pero Rachel McAdams y Eric Bana no tenían química.
El Hobbit (2012-2014)
Si bien la trilogía de películas de El Hobbit fue un éxito de taquilla, recibió críticas por estirar demasiado el material del libro. La tercera entrega, La batalla de los cinco ejércitos , fue la peor recibida.
La ladrona de libros (2013)
La adaptación de la conmovedora y oscura historia que narra la historia de una joven en la Alemania nazi, no tiene un tono adecuado desde la primera escena. No ayuda que todos los diálogos en inglés se hablen con acento alemán.
El gran Gatsby (2013)
Ninguna adaptación de la obra más famosa de F. Scott Fitzgerald, ha logrado capturar el exceso, el glamour y la sordidez subyacente de los locos años veinte. La versión de 2013 de Baz Luhrmann fue divertida y la mejor a la hora de revelar las inseguridades de un (brillante) Leonardo DiCaprio como Gatsby. Sin embargo, la ostentación de la producción despojó a Fitzgerald de toda su delicadeza narrativa.
El dador (2014)
Las huellas del productor caído en desgracia Harvey Weinstein están por todas partes en esta adaptación desordenada de la novela juvenil The Giver, que intenta fusionar una alegoría sincera y reflexiva con una historia de amor al estilo Crepúsculo respaldada por la acción recién salida de Los juegos del hambre y un cameo de Taylor Swift.
Mata a tus amigos (2015)
Kill Your Friends, de John Niven, es una exploración desenfrenada y depravada de la vida de un agente de una discográfica que esnifa cocaína. Pasa en un abrir y cerrar de ojos, algo que no se puede decir de su adaptación.
Yo antes de ti (2016)
La adaptación protagonizada por Emilia Clarke y Sam Claflin, fue duramente criticada por los expertos por ser emocionalmente manipuladora. Sus malas actuaciones y su premisa problemática tampoco ayudaron. La actuación de Clarke como la acompañante pagada del tetrapléjico de Claflin fue criticada en particular por ser ofensivamente exagerada.