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Trump: recetas fallidas
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travesamos una coyuntura difícil de asimilar e interpretar, ya que el presidente estadunidense, Donald Trump, está dispuesto a desplegar todo su arsenal confrontativo y amenazante para “hacer América grande otra vez”; de manera simultánea, abriendo varios frentes hacia dentro: con los cierres masivos de oficinas, y miles de despidos, y hacia afuera, imponiendo aranceles de 25 por ciento a México y Canadá, así como de 20 por ciento a China, los tres países que son sus principales socios comerciales y que van a responder imponiendo también gravámenes con los que se inicia una guerra comercial, una ola de impuestos sin control, que piensa extender a Europa, lo que puede dar al traste con sus planes de engrandecer su economía.

El ambiente interno que han generado los ceses masivos de empleos anunciados por el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés), a cargo de Elon Musk, funcionario no electo, se ha traducido en protestas cada vez más numerosas, así como reclamos a sus representantes tanto demócratas como republicanos.

De acuerdo con la cadena CNN (Annette Choi et al, 26/2/25), miles de empleados federales han perdido o están por perder su trabajo. A esto se suman los millones de trabajadores federales (más de 80 por ciento de estos burócratas residen fuera del área metropolitana de Washington), que a pesar de tener contratos a largo plazo de teletrabajo (herencia de la pandemia) recibieron la orden de regresar a sus oficinas, varias sin luz, Internet ni escritorios, incluso sin personal de limpieza, pues ha sido despedido; algunas veces sin el espacio físico, ya que Musk ha cancelado mas de 200 contratos de arrendamientos de edificios de oficinas, y hay más bienes inmuebles del gobierno federal en la mira.

Mientras, Trump busca imponer un acuerdo de paz en el conflicto Ucrania-Rusia –aunque en condiciones humillantes para un mandatario Volodymir Zelensky, cuyo mandato expiró el pasado mayo y que no quiere la paz, y excluyendo a sus aliados europeos, que siguen pensando en que lo único aceptable es que Ucrania siga adelante hasta el último ucranio–.

Toda la situación, junto o por separado, es una receta para el desastre.

Los medios corporativos, tanto en Estados Unidos como en Europa, han manejado esta iniciativa de paz como una traición a Ucrania, en favor de la demonizada Rusia de Vladimir Putin, quien ha sido el enemigo a vencer con una maquinaria propagandística que ha construido cuidadosamente una vergonzosa rusofobia de larga data, pretendiendo la prohibición y negación de la cultura y civilización rusa.

La Unión Europea (UE) ha desalentando las prácticas de la diplomacia. La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), después de sabotear las negociaciones de paz en Estambul a principios de 2022, cerró la puerta a llegar a la negociación y los acuerdos: esto se resolverá en el campo de batalla (sic).

Pero, ¿entrar en una dinámica belicista?, ¿aumentar hasta 5 por ciento gastos militares a costa del estado de bienestar?, ¿mover 8 mil millones de dólares para tal fin? Si no hay un debate en la sociedad sobre los temas de la guerra y la paz; si se presenta un intento de negociación como acto de traición, es obvio que no se ha preparado a la gente para la paz.

Frente a las imposiciones de Trump, los países de la OTAN se refugian en la defensa a ultranza de Ucrania, pero también en Washington, donde el vicepresidente JD Vance enfrentó una protesta con personas que hablaban también de traición a Zelensky, todo muy bien orquestado. Señala Arantxa Tirado (Ucrania, guerra de valores. La haine.org, 3/3/25): Sorprende escuchar la ingenuidad de muchos grandes medios, tertulianos y analistas europeos que están descubriendo estos días la existencia del imperialismo estadunidense. A pesar de que las declaraciones y actuaciones de Trump no dejan lugar a dudas de los intereses geoeconómicos y geoestratégicos en juego, los dirigentes de la UE quieren seguir convenciéndonos de que su voluntad de apoyar a Ucrania tiene que ver con la defensa de no se sabe bien qué valores europeos.

Los científicos atómicos ( Bulletin of Atomic Scientists) advirtieron en 2024: Hoy hemos vuelto a poner el Reloj del Juicio Final a 90 segundos de la medianoche porque la humanidad sigue enfrentándose a un nivel de peligro sin precedente. Nuestra decisión no debe tomarse como una señal de que la situación de la seguridad internacional ha remitido. Por el contrario, los líderes y los ciudadanos de todo el mundo deben tomar esta declaración como una dura advertencia y responder con urgencia, como si hoy fuera el momento más peligroso de la historia moderna. Porque bien podría serlo.

(El Reloj del Apocalipsis, o Reloj del Juicio Final, es un cronómetro simbólico que indica lo cerca que está la humanidad de la aniquilación total. Llamamiento de organismos de derechos humanos y otras organizaciones. El mundo quiere paz, ¡no una guerra nuclear!) Varios autores. Rebelion.org, (9/12/24). Hoy, el boletín del estado de riesgo de guerra nuclear 2025 coloca al mundo a 89 segundos del evento.

Facebook: John Saxe Fernandez