Moscú. Positivamente, así, con una sola palabra, respondió ayer el Kremlin cómo valoraba la proclamada voluntad del presidente ucranio, Volodymir Zelensky, de empezar conversaciones para alcanzar la paz, pero su vocero, Dimitri Peskov, también puso en entredicho que se sepa con quién negociar.

Por ahora sigue vigente la prohibición (mediante un decreto ratificado por el Parlamento ucranio) para que el presidente negocie con la parte rusa, mencionó Peskov, aunque, en sentido estricto, la proscripción se refiere únicamente al titular del Kremlin, Vladimir Putin.

Ante la insistencia de los reporteros, el portavoz de la presidencia rusa añadió que en términos globales, la posición es positiva, pero hay matices que siguen sin cambiar.

En tanto, el mandatario estadunidense, Donald Trump, siguió ejerciendo presión sobre Zelensky al ordenar al director de la CIA, John Ratcliffe, como él mismo reconoció, suspender temporalmente el intercambio de información de inteligencia que el ejército ucranio necesita, sobre todo los datos que proporcionan los satélites espías, para neutralizar movimientos de tropas y ataques aéreos rusos, así como para alcanzar objetivos dentro del territorio de Rusia.

Sin embargo, en declaraciones a Bussines Network, de la cadena Fox, Ratcliffe dejó abierta la puerta a reanudar pronto ese tipo de colaboración: creo que se va a terminar este paréntesis (en la entrega de información de inteligencia). Estoy convencido de que vamos a trabajar hombro con hombro con Ucrania para frenar la agresión, pero al mismo tiempo tenemos que hacer que el mundo sea mejor y propiciar avances en las negociaciones de paz.

De modo similar se expresó el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Mike Waltz, al comentar a Fox News que cree posible restaurar también los suministros de armas a Ucrania, aunque supeditados a que haya progresos en las negociaciones y se lleven a cabo lo que llamó medidas de fomento de la confianza entre Moscú y Kiev.

Pienso que si logramos concretar estas negociaciones (entre Rusia y Ucrania) y avanzar en ellas, y además ponemos sobre la mesa medidas de fomento de la confianza, el presidente (Donald Trump) evaluará detenidamente levantar esta pausa (en la ayuda militar), afirmó el funcionario estadunidense.

Waltz intentó limar asperezas ayer en una larga conversación telefónica con el número dos de la jerarquía ucrania, Andryi Yermak, jefe de la influyente Oficina de la Presidencia, quien ocupa un cargo por debajo sólo de Zelensky y por encima de cualquier otro miembro del equipo gobernante en Ucrania, incluido el primer ministro, Denys Shmyhal.

No sólo intercambiaron ideas acerca de cuestiones de seguridad, sino que acordaron, según versiones de ambos, una próxima reunión de delegaciones ucrania y estadunidense para continuar el importante trabajo de coordinar posturas en el plano bilateral.

Por su parte, Zelensky se dedicó ayer a recabar el respaldo de sus colegas europeos para tener mayor margen de maniobra frente a las presiones de Trump y conversó por teléfono con el canciller federal saliente de Alemania, Olaf Sholz, y elogió el liderazgo alemán, en lo referido a reforzar los sistemas ucranios de defensa antiaérea.

Contamos con la unidad de Europa en torno a Ucrania y trabajamos para ello. Todos queremos un futuro mejor para nuestra gente. No un alto el fuego temporal, sino el final de la guerra para siempre. Gracias a nuestra coordinación (entre Ucrania y Europa) y bajo el liderazgo de Estados Unidos esto es completamente factible de conseguir; de ese modo resumió Zelensky, en su cuenta de X, la conversación con Sholz.

De las posibilidades de ampliar la cooperación militar con Alemania, Zelensky habló el martes con Friedrich Merz, líder de la centroderecha y probable siguiente canciller federal.