Jueves 6 de marzo de 2025, p. 29
La distribución de garrafones del programa Agua Bienestar no resuelve el problema económico ni de abasto ante la proliferación de purificadoras, de las que se desconoce de dónde se surten, sostuvo la investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Iztapalapa, Delia Montero.
Durante su participación en el foro Hidrosustentabilidad en la Ciudad de México: políticas, gestión y desigualdad, convocado por la bancada Morena en el Congreso local, la académica habló del apoyo para llevar garrafones de 20 litros por cinco pesos a zonas de escasos recursos: es una iniciativa completamente equivocada, por no decir una ocurrencia, porque no tiene sustento ambiental ni económico
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Agregó que su distribución “genera muy altos costos, como el de gasolina, el desplazamiento de camiones distribuidores desde la planta de Xotepingo, el alquiler y pago a operadores, etcétera, y genera un problema ambiental por la generación de dióxido de carbono por el número de viajes para distribuir 200 mil garrafones a la semana.
En cinco días laborales estos camiones deben repartir 40 mil garrafones diarios, si consideramos que cada unidad puede transportar 250 por viaje serían necesarios 160 salidas al día, lo que representa un gasto enorme y mucha emisión de dióxido de carbono sin resolver nada.
La especialista señaló que dicho ejemplo es para las colonias Desarrollo Urbano Quetzalcóatl, de la alcaldía Iztapalapa, donde habitan 60 mil 600 personas, y para Santo Domingo, en Coyoacán, donde residen 11 mil.
Recordó que hace varios meses investigadores propusieron a la jefa de Gobierno, Clara Brugada, la colocación de expendios de agua en sitios definidos por un censo, similar a la de las lecherías Conasupo, pero no fue aceptada.
Comentó que de acuerdo con los datos del Inegi de 2023, “en la capital había 2 mil 547 purificadores, de las cuales 933 se detectaron en Iztapalapa, lo que definió como un mercado desregulado
porque en la demarcación no hay suficiente agua.
En ocasiones, ella dice a sus estudiantes que puede que el agua de su casa esté mejor que la de la purificadora, pero la gente por las creencias piensa que es mejor y paga por ese servicio
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