Comisiones del Senado aprobaron ayer la minuta de reforma constitucional que prohíbe el cultivo de maíz transgénico en una sesión en la que el PRI, de manera inusual, votó a favor de la propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum.

La priísta Mely Romero explicó que la decisión de su grupo parlamentario se debe a que la iniciativa obliga al Estado a promover condiciones para el desarrollo rural y el fomento a la actividad agropecuaria.

El Estado tendrá la obligación de dar la infraestructura, el financiamiento y la capacitación que quitó, agregó la legisladora, quien demandó mayores recursos para el campo.

La minuta, remitida por la Cámara de Diputados, fue avalada en las comisiones de Puntos Constitucionales, Agricultura y Estudios Legislativos por 27 votos a favor de Morena, PT, Verde y PRI, y cuatro en contra y una abstención de la oposición.

Al presentar el dictamen, el veracruzano Manuel Huerta indicó que la reforma busca garantizar que el maíz nativo tenga protección constitucional y lo blinde contra amenazas a su diversidad, pureza y futuro.

Responsabilidad del Estado

Aquí no sólo hablamos de maíz transgénico o de intereses comerciales de grandes corporaciones: hablamos de la responsabilidad del Estado para garantizar la seguridad alimentaria e impedir que se contaminen las semillas nativas, sostuvo el morenista. Ante representantes de organizaciones sociales como Sin Maíz No Hay País, subrayó que naciones como Francia y Alemania han tomado medidas similares, restringiendo el grano modificado.

El panista Miguel Márquez dijo estar de acuerdo en que este grano nos da identidad nacional; sin embargo, en el texto constitucional también debe quedar bien establecido que se debe proteger al maíz criollo y al híbrido. Resaltó que es necesario fortalecer en territorio nacional a este último, pues el país trae grandes importaciones del transgénico. Pidió además mayores recursos para el agro.

Luis Donaldo Colosio Riojas (Movimiento Ciudadano) demandó resolver este tema con estricto apego al punto de vista científico, al considerar que modificar el maíz no es un acto antinatural. Aseveró que prohibir el transgénico afectará a los productores nacionales.

La morenista Ana Lilia Rivera calificó de incongruente que la oposición defienda el campo cuando sus gobiernos aplicaron políticas que implicaron la pérdida de la soberanía alimentaria.