La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo aseveró que México ha puesto su parte en el combate al fentanilo, por lo que cuestionó que la administración de Donald Trump trate de culpar a nuestra nación de la crisis de consumo y distribución de esa droga en Estados Unidos.

Criticó que el magnate haya concretado la noche del lunes, de manera unilateral, la imposición de aranceles, aunque en las recientes negociaciones bilaterales se han alcanzado acuerdos en seguridad y en temas comerciales.

Durante la mañanera de ayer, detalló que como parte de los diálogos con la Casa Blanca durante este mes –plazo por el que se suspendieron temporalmente las tarifas– hubo llamadas de funcionarios de alto nivel de los dos gobiernos, una entre ella y el propio Trump, así como visitas de representantes de su gobierno a Washington.

Se lograron acuerdos de coordinación para el tema de la seguridad, del tráfico de drogas y del tráfico de armas. No es que haya habido una cosa de que nosotros no queríamos coordinarnos; al revés, estamos trabajando, nos coordinamos siempre en el marco de nuestra soberanía. Entonces, ¿cómo en medio de un acuerdo de coordinación hay una decisión del gobierno de Estados Unidos que, de todas maneras, se pone 25 por ciento de aranceles?, subrayó.

Ante las versiones manejadas por la Casa Blanca de que la crisis de fentanilo se debe a que México no hace lo suficiente, la mandataria replicó: “no puede ser que el tema sea ‘México es el responsable del consumo de opioides en Estados Unidos’. Que cada quien asuma su responsabilidad”.

Citó cifras oficiales de Washington –obtenidas por el Instituto Cato– que revelan que 80 por ciento de los detenidos en puntos fronterizos del vecino del norte, entre 2019 y 2024, con la intención de introducir fentanilo son ciudadanos estadunidenses.

Desmintió que el tráfico de la mencionada droga a Estados Unidos sea responsabilidad exclusiva de México.

Refutó, además, la idea de que la migración sea un factor determinante en el suministro de fentanilo en Estados Unidos, y se ayudó citando directamente un informe del Instituto Cato: muchas personas creen erróneamente que la inmigración es fundamental para el suministro ilícito de fentanilo en Estados Unidos; sin embargo, los defensores de este punto de vista han ofrecido poco más que especulación para apoyarlo.

Otro dato que recordó es que el pasado 8 de enero el Departamento de Justicia publicó un informe en el que reconoce que 74 por ciento de las armas incautadas en México provienen de su país.

Sheinbaum Pardo enfatizó que el narcotráfico es un fenómeno complejo en el que ambos países tienen responsabilidad para combatirlo; y agregó que la crisis del uso de esa droga requiere de atención integral que va desde la prevención, la atención a la salud y la lucha contra el crimen organizado.

Los precursores de fentanilo también entran por Estados Unidos, y su producción, comercialización y distribución ocurre dentro de su territorio, resaltó.

Además, vinculó la problemática del uso de opioides con la proliferación de fármacos en la vecina nación. La crisis del consumo de opioides en Estados Unidos tiene un origen en un fármaco que se promovió masivamente allá.

Al respecto, pidió al hoy titular del IMSS-Bienestar, Alejandro Svarch –quien fue titular de Cofepris el sexenio pasado– ahondar sobre ese punto, a lo que el funcionario señaló: Hay un fármaco que es un opiáceo de consumo oral que se llama Oxicodona, OxyContin. La FDA lo autorizó para que se pueda vender sujeto a una receta, pero por consumo oral, y esto es uno de los elementos descrito ampliamente en la literatura como el origen causal de la crisis de los opiáceos en Estados Unidos.

Se trata, añadió, de un medicamento contra el dolor que es un opioide sintético, pero lo importante es que es de consumo oral; entonces, el acceso aumenta porque vas a la farmacia, lo compras y te lo tomas, y fue autorizado por la FDA y está también documentado que esa autorización estuvo plagada de conflictos de interés.