Estados Unidos operó en secreto, y a petición del Ejército Mexicano, drones desarmados desde aeródromos del país para espiar a los cárteles de la droga, lo que llevó al arresto de Joaquín El Chapo Guzmán, uno de sus hijos y otros capos de la droga, informaron funcionarios estadunidenses y mexicanos al Wall Street Journal.

Estos vuelos también proporcionaron información vital para grandes decomisos de drogas, al utilizar cámaras que pueden capturar una matrícula a 20 mil pies de altura; los drones transmiten videos de vigilancia sobre las operaciones de contrabando de los cárteles y trazan mapas de laboratorios clandestinos para las autoridades de ambos lados de la frontera, dijeron los funcionarios citados por el medio.

Gracias a la cooperación bilateral, los drones tienen su base en aeródromos mexicanos y pueden pasar más tiempo sobre objetivos de vigilancia en las montañas del oeste, donde están las organizaciones de contrabando de fentanilo más grandes del mundo, en lugar de volar de ida y vuelta a Estados Unidos, añadieron.

El general Ricardo Trevilla, secretario de Defensa de México, afirmó que los drones proporcionaron información que condujo al arresto del jefe de seguridad de Iván Archibaldo Guzmán, hijo de El Chapo, así como a la detención de su padre en 2013 y 2016, y en 2023 ayudaron a encontrar a su hijo Ovidio Guzmán.

La presidenta Claudia Sheinbaum aseguró que el programa de drones forma parte de un esfuerzo bilateral de seguridad y de intercepción de drogas que se remonta a años atrás.

Funcionarios y ex funcionarios mexicanos indicaron que esta cooperación funciona desde hace más de dos décadas, pero hasta ahora no se habían informado detalles sobre su alcance.

Como ejemplo, Scott Brown, ex funcionario de alto rango del departamento estadunidense de Seguridad Nacional, comentó que en el caso de El Chapo, en 2015, después de semanas de vigilancia, las fuerzas especiales mexicanas estaban listas para atraparlo en uno de sus escondites, cuando se enteraron de que el actor de Hollywood Sean Penn y la estrella de telenovelas mexicanas Kate del Castillo abordarían un avión privado desde Los Ángeles para reunirse con él ese mismo día, y tuvieron que cancelar la redada para evitar poner en riesgo la vida de los visitantes.