Yo, como los maderistas, me voy a morir en la raya defendiendo el humanismo, declaró Beatriz Gutiérrez Müller, periodista e investigadora, durante la presentación de Rogelio Fernández Güell: Poesía reunida en la edición 46 de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería (FILPM).

Arqueología literaria, fue como calificó a la exhaustiva búsqueda que llevó a cabo en bibliotecas y hemerotecas con el fin de descubrir la poesía de Fernández Güell, político, periodista y escritor nacido en Costa Rica, quien fue amigo y partidario del líder revolucionario Francisco I. Madero. Cinco años después de la Decena Trágica en México, Güell también fue asesinado en Costa Rica el 15 de marzo de 1918, al iniciar un movimiento contra el dictador Federico Tinoco.

“De pronto pensé que era valioso rendir tributo post mortem a este gran costarricense mexicano, tan amigo de Madero, y quien representa muy bien al prototipo de político de ese tiempo en el ámbito democrático”, afirmó.

Nos volvemos a ver. Con estas palabras recibió ayer a la concurrencia que llenó por completo el Salón de la Academia de Ingeniería.

Una hora antes de iniciar la presentación editorial ya había una fila a lo largo del pasillo de la planta alta del edificio virreinal, ubicado en la calle de Tacuba, para escuchar a la experta en literatura, quien estuvo acompañada por el editor Marcos Daniel Aguilar, Giuseppe Lo Brutto, director del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), y Rubén Mendieta, director de publicaciones de Ediciones del Lirio.

El libro en el que recopila y hace un estudio crítico de la poesía de Rogelio Fernández Güell es el cuarto volumen de la colección Maderistas, que la historiadora Beatriz Gutiérrez Müller comenzó en 2017, y en la que explora el trabajo de escritores que fueron amigos y colaboradores del llamado Apóstol de la Democracia.

Debemos mucho a esa generación, declaró. El país que tenemos hoy, democrático, liberal, incluso con una reforma judicial, era el sueño de Madero.

Los volúmenes anteriores, todos publicados por Ediciones del Lirio, fueron dedicados a la poesía del nicaragüense Solón Argüello, a la edición facsímil de la revista Tepic Literario y a una edición con estudio preliminar de Episodios de la Revolución Mexicana, en el que Rogelio Fernández Güell hizo una crónica de lo que vivió en México.

Debemos procurar no repetir la historia

Permítanme presentárselos, expresó la doctora en teoría literaria sobre el personaje central de su estudio. Murió joven, a los 34 años. Se fue muy triste de México después del asesinato de Madero, obligado a partir para evitar ser ultimado por Huerta. Regresó a Costa Rica, donde fundó un periódico y luego inició la lucha contra Tinoco. Hombre culto y de letras, así como espiritista, era un democrático convencido.

▲ La investigadora Beatriz Gutiérrez Müller durante la presentación del libro publicado por Ediciones del Lirio.Foto Yazmín Ortega Cortés

Al abundar sobre el periodo histórico del inicio de la Revolución Mexicana, Gutiérrez Müller recomendó pensar que no hemos tenido un presidente tan pacifista, tan humano y tan angelical como Madero. Como mexicanos, debemos procurar la no repetición. Que ya no se vuelva a matar a presidentes en este país, que ya no haya golpes de Estado.

Continuó su relato: Rogelio Fernández hizo un trabajo democrático en Costa Rica, embebido de todo lo que había ocurrido aquí y de las lecciones que sólo un gran espíritu como Madero puede ofrecer.

Emprendió una revolución con la leyenda de sufragio efectivo, no relección.

Se puede matar el cuerpo, pero no las ideas, las cuales son superiores a la vida material, destacó sobre el espiritismo que profesaba, donde morir no es relevante, pero tampoco hay que matar.

Hay toda una apología a la espiritualidad humana que es y será siempre importante, bueno para los países y las personas rescatar el humanismo.

La esposa del ex presidente Andrés Manuel López Obrador agregó que en el tiempo de Rogelio Fernández Güell ser escritor era la gran cosa, no como hoy. Ser humanista era el gran ideal, no como hoy. Ser espiritualista desde la corriente que sea era una gran aspiración importantísima; por eso, Beatriz Gutiérrez ha dedicado tantos años a estudiar a estos hombres de letras. Ademas dieron su vida por grandes causas en sus países.

Marcos Daniel Aguilar, quien trabajó en la edición del libro, destacó la búsqueda exhaustiva en bibliotecas y archivos para examinar revistas y periódicos, en esta arqueología con hallazgos para recuperar lo publicado por Fernández Güell. A través de los poemas podemos hacer una semblanza y biografía de Rogelio.

También mencionó el trabajo minucioso del ordenamiento del libro, donde los poemas fueron agrupados por temáticas y estilos, en una primera etapa se encaminó por el romanticismo, luego por una poesía filosófica o espírita, y una tercera categoría no filosófica.

Entre los asistentes, además de algunos senadores y políticos, se encontraban los caricaturistas José Hernández y Rafael Barajas El Fisgón, quien fue invitado por la autora a hacer un comentario, por lo que planteó la necesidad de incluir en las ediciones a los que no eran tan cercanos a Madero, por ejemplo, a Juan Sarabia, quien era un gran poeta satírico que está olvidado y descuidado.