Morena, otro falso dilema
O
cúpese de temas de tanatología y olvídese de denunciar fraudes por redes sociales
, reclama Ángel Álvarez. Qué bueno que alude a la acumulación de estafas en las redes, algunas utilizando la imagen de la presidenta Sheinbaum, prometiendo jugosos intereses a cambio de inversiones mínimas. Ya somos miles los despojados de nuestros modestos ahorros sin que nadie haga nada ni el gobierno detenga a esos delincuentes
, escribe Gabriela Ocampo. Como suele ocurrir, antes que México otros países latinoamericanos denuncian a funcionarios, como en la Argentina al presidente Milei, que se prestan a negocios fraudulentos
, observa Mónica Ramírez.
Aquí sostenemos que un aprendizaje, una preparación más real ante la muerte, propia y ajena, exige aprender a vivir, cada día del resto de nuestra existencia, con los ojos bien abiertos ante la ráfaga de falsedades, trampas, embustes y chismes que nos dispara, a diario, una libertad de expresión tan abusiva como permitida por un sistema social que nos mata de a poquito
, más una religiosidad tan añeja como endeble en tiempos de la mitotera inteligencia artificial.
De ahí que una tanatología bien entendida debe ocuparse tanto de la muerte como de la vida, condición para que aquella exista, y la obligación de contar con herramientas menos frágiles para un humanismo, incluido el mexicano, que impulse sin tapujos enfoques maduros sobre nuestra condición de mortales, y las opciones de una legislación despojada de lastres morales obsoletos.
Si muerte digna es el derecho a disponer de la propia vida mediante eutanasia o suicidio médicamente asistido, respetando la libertad individual, las lejanas promesas de la entonces secretaria de Gobernación del gabinete de AMLO, en el sentido de que en todo el territorio nacional sería promovida la desconocida Ley de Voluntad Anticipada, publicada en el Distrito Federal el 7 de enero de 2008, no pasaron de promesas.
Una de las omisiones de la 4T ha sido evitar promover, con espíritu de justicia social y sin remilgos religiosos, una política en favor del derecho a la muerte digna de las personas –los animales ya tienen ese derecho–, y establecer un sistema de información permanente sobre el documento de voluntad anticipada y el derecho a la muerte digna. Morena debe recordar que el silencio en torno ese tema es otra forma de antihumanismo y, desde luego, otro falso dilema.