Opinión
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Ciudad perdida

¿A qué viene Marco Rubio?

E

n uno de los días de la semana que empieza, México recibirá la visita del secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, quien habrá de poner a discusión los planes elaborados en su país para la lucha conjunta contra el narcotráfico.

Más allá de las amenazas, el funcionario explicará que eso de una invasión armada a nuestro país para cazar delincuentes ligados a organizaciones del narco no está sino al extremo de lo posible en sus estrategias de trabajo, es decir, sería una opción que desde ya está descartada, según Rubio.

Lo malo es que Rubio, aún con el poder que ha demostrado tener, se pliega a las órdenes de su jefe, el presidente convicto Donald Trump, y entonces nada hay seguro, todo puede cambiar de un momento a otro. Trump no es confiable para nadie, eso debe quedar bien claro desde ya.

Y es que no se debe olvidar, por ningún motivo y en ningún momento, que a los cárteles mexicanos se les ha declarado terroristas, y eso es algo muy parecido a un permiso para invadir. Las declaraciones encontradas entre los políticos de EU hace dudar siempre del fondo de las intenciones del gobierno gringo.

Hay que recordar, por ejemplo, que el pasado miércoles –si no nos equivocamos– el mismo Marco Rubio agradeció los esfuerzos de México por frenar la migración indocumentada y habló del trabajo conjunto y el respeto a la soberanía de los dos países.

También tocó el preocupante asunto del trafico de fentanilo y el contrabando de armas de su país hacia México. En cuanto al fentanilo, la situación, según el Departamento de Estado, deja por lo menos 75 mil muertos al año en su país, y aunque no se dieron a conocer otros números, el problema se equiparó al trasiego de armas que llega al nuestro, tema que ha sido una denuncia constante en las páginas de La Jornada.

Así, aunque se habla de la cooperación y el trabajo entre ambos países para erradicar esos males, Donald Trump asegura que no está contento con México, con el mismo tono de amenaza que ha usado contra nuestro país en otras ocasiones.

La visita debe tener algunas explicaciones. Por ejemplo, en la Secretaría de Seguridad se teme que la visita de Rubio tenga como fin regañar y extender las amenazas trumpistas, cosa que habrá de enfrentar la presidenta Sheinbaum con la misma entereza que ha demostrado hasta el momento.

Las iniciativas de ley que envió la Presidencia al Congreso y que tienen que ver con el asunto del terrorismo, por primera vez en el texto de nuestra Constitución, fortalece, de todas maneras, la soberanía nacional para protegerla, por ejemplo, de agentes que montan estrategias para derrocar regímenes democráticos mediante golpes de Estado que alientan y financian los Estados Unidos ( remember Chile).

Las respuestas del gobierno mexicano al accionar de Trump han sido muy estudiadas y tocan los puntos débiles de un gobierno que no tiene razones para atacar al exterior mientras no sepa atender lo que pasa en sus calles, en sus centros de negocio, entre sus policías y entre sus políticos.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, estará en México, ojalá su visita se inscriba en el esfuerzo de los dos países por hallar solución a los problemas comunes. Ojalá así sea.

De pasadita

Lo que es de dar risa, por no decir que avergüenza a cualquier mexicano bien nacido, es la postura de Acción Nacional (PAN) frente a la declaración de EU contra los cárteles mexicanos que los azules bien saben entraña algo más que la simple calificación.

La declaración encierra toda una amenaza a la soberanía nacional que ellos, el PAN, aplaude. No se trata de un panista despistado, traidor a su patria, se trata de todo un partido que piensa así, en entregar a México a Donald Trump.

Esos panistas no se han dado cuenta de que su organismo está muerto y ahora quieren suicidarlo. De dar risa, ¿no?