Retomar la ruta de la civilidad
pesar de este año que vivimos en peligro, se escuchan voces que reconfortan y tratan de sobreponerse al pesimismo y la incertidumbre que se han convertido en el pan de cada día. Una de ellas es la del senador Bernie Sanders, quien con sus más de 80 años a cuestas nos da una lección que debe ser escuchada en estos momentos críticos. Vale parafrasear algunos de los conceptos del extraordinario discurso que pronunció en el Senado hace unos días, enviado por una entrañable amiga. Escuchándolo, vienen a la memoria los paradigmas que en los años 60 inspiraron a millones a luchar por convertir espejismos en realidades que hoy pudieran recobrar su vigencia y ser inspiración para retomar la ruta de la civilidad y la democracia que hoy más parece haberse perdido.
“Vivimos un tiempo extremadamente peligroso –señaló Sanders– al permitir que este país sea gobernado por un grupo de millonarios más ricos cuya riqueza es mayor que los 70 millones de estadunidenses. Trump le ha dado carta blanca a muchos de ellos y destacadamente a Elon Musk, el hombre más rico en el mundo, para que sin autorización del Congreso desmantele decenas de agencias cuya responsabilidad es proteger a los trabajadores y a las familias más necesitadas y, cuando varios jueces intervinieron para anular este acto violatorio de la constitución, el panegírico de Trump, JD Vance, afirmó que los jueces no tienen el derecho de interponerse en las actividades del Ejecutivo negando el precepto constitucional que establece la mutua vigilancia y el balance entre los tres poderes de gobierno”. La secuela autoritaria de la administración Trump, se acentuó cuando atacó a los medios de comunicación por señalar las arbitrariedades del presidente quien pretendió acallarlos. Sanders recordó que antes de 1770 las clases dominantes establecieron que el rey lo era por mandato de Dios, por lo que no podía ser cuestionado por los mortales
. En pleno siglo XXI, Trump parece caminar por la misma ruta. Por extensión, los modernos oligarcas pretenden ser mandatarios del rey y constituirse como los designados a gobernar de acuerdo con sus mezquinos intereses.
Sanders dijo que el temor más grande de esta oligarquía es que los estadunidenses negros, blancos, latinos, las clases urbanas, gays, jóvenes y viejos, todos al unísono, demanden un gobierno que los represente y no sólo a unos cuantos millonarios
. Concluyó con unas palabras de aliento recordando la sentencia de Nelson Mandela: todo es imposible hasta que no lo es
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