Al trabajar con barro emergen aprendizajes que se aplican a la vida
En la obra de la argentina Florencia Rothschild destacan la relación con el espacio, el vínculo entre lo cotidiano y lo artístico, y la sustentabilidad
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Sábado 22 de febrero de 2025, p. 2
Para la ceramista argentina Florencia Rothschild, el barro es mucho más que un material de trabajo: es una metáfora de la vida misma. Su flexibilidad, capacidad de transformación y fragilidad son cualidades que la artista encuentra profundamente ligadas con la experiencia humana.
Cuando trabajo con él, todo el tiempo aparecen aprendizajes y reflexiones que se aplican a la vida
, explica. Hablamos de flexibilidad, plasticidad, de cómo, si forzamos mucho, se puede romper, y de que hay que tratarlo con cuidado.
El proceso creativo de Rothschild parte de la observación y la exploración de su entorno. Tras 15 años de viajes por pueblos ceramistas del mundo, donde aprendió sus técnicas, la artista ha desarrollado una relación particular con el material. Sus piezas suelen ser planas, una elección que corresponde a razones estéticas y prácticas: Elaboro planchas, placas grandes de barro, que después corto en diversas formas a partir de referencias en la arquitectura. Me gusta que sean prácticas de mover de un sitio a otro y que disminuyan el riesgo de fractura
.
Las formas que emergen de su trabajo evocan la vasija tradicional, pero desafiando su tridimensionalidad. Algunas piezas juegan con la idea del vacío contenido, mientras otras incorporan ilustraciones de figuras femeninas en movimiento, explorando la relación entre el cuerpo y el espacio. En su obra, la cerámica no es sólo un objeto, sino un medio para capturar historias y emociones.
En su práctica, Rothschild también se cuestiona el impacto ambiental de la producción artística. Todo hacer tiene un impacto, lo importante es ser conscientes de ello y encontrar maneras de trabajar que sean amigables con el entorno
, comenta. Por ello, busca reducir el uso de plásticos, reutilizar arcilla cruda y minimizar la necesidad de horneado en algunas piezas.
De insignificante a significativo
La relación con los espacios que habita es otro eje central en su proceso creativo. Su trabajo reciente, Entre ruinas y barro crece lo nuevo, colección integrada por 10 obras (algunas incluyen un conjunto de varias piezas), está influenciado por su experiencia en Coatepec, Veracruz, donde pasó un tiempo explorando su arquitectura, las rejas de hierro forjado en las ventanas, los azulejos de los pisos.
Me interesa la manera en que lo cotidiano y lo artístico confluyen en estos elementos, y cómo la cerámica puede convertirse en un medio para transformar lo que parece insignificante en algo profundamente significativo.
Entre las piezas prevalecen dos técnicas: grabado y cerámica expandida, y resaltan las evocaciones al volumen de la vasija tradicional, pero con formas planas o que sólo pueden contener el vacío. También, aquellas que tienen ilustraciones de figuras femeninas que hacen corpografías (cuerpos que representan movimientos en una especie de ritual).
Actualmente, Rothschild, quien ha expuesto en Veracruz y en la capital del país, también experimenta con obras de gran formato, explorando formas modulares que le permitan expandir las dimensiones de su trabajo sin estar limitadas por el tamaño del horno. Eso no me detiene, al contrario, me estimula la idea de expandirme a otras dimensiones y soportes
, afirma.
Para la artista, el barro no sólo es un elemento de construcción, sino un símbolo de resiliencia. En su trabajo, lo fragmentado puede recomponerse, y de los escombros surge la posibilidad de crear algo nuevo.
El barro es un elemento muy noble que evoca nuestros orígenes; es inherente a nuestra existencia. Desde que el hombre descubre el fuego y comienza a cocinar, el barro se convierte en cerámica.