Viernes 21 de febrero de 2025, p. 17
Johannesburgo. Sudáfrica inauguró ayer la reu-nión de los ministros de Relaciones Exteriores del G-20 en Johannesburgo con un llamado a favor del multilateralismo
y del derecho internacional
, en ausencia de Estados Unidos, que decidió no enviar a ningún alto representante, sino sólo a una diplomática.
Es esencial que los principios de la carta de Naciones Unidas, el multilateralismo y al derecho internacional permanezcan en el centro de todos nuestros esfuerzos, deben ser el cemento que nos una
, afirmó el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, antes de citar las guerras y conflictos en Ucrania, Medio Oriente y en República Democrática del Congo.
Las tensiones geopolíticas, el cambio climático y las pandemias también amenazan una coexistencia mundial ya frágil de por sí
, advirtió, ante un auditorio en el que no se demostró consenso sobre el discurso de apertura.
Sudáfrica, primer país del continente en presidir el G-20, debe prescindir de Estados Unidos para esta primera repetición de la cumbre de noviembre, que se organiza de manera inédita en África.
El jefe de la diplomacia estadunidense, Marco Rubio, rechazó desplazarse después de acusar a Pretoria de antiestadunidense
.
En Johannesburgo se dieron cita los principales diplomáticos del G20, incluidos los ministros de Relaciones Exteriores de los países BRICS, cercanos a Pretoria, entre ellos el ruso Serguei Lavrov y sus homólogos chino e indio.
Del lado de Europa, acorralada por la nueva política extranjera de la administración Trump, estuvieron el francés Jean-Noël Barrot y el británico David Lammy.
Descartan boicot
La encargada de negocios de la embajada estadunidense en Pretoria, Dana Brown, hará de representante de Estados Unidos.
Es quizás a un nivel inferior, pero (los estadunidenses) estarán representados. No se trata de un boicot completo al G-20 en Sudáfrica
, declaró el jefe de la diplomacia sudafricana, Ronald Lamola.
Este encuentro de dos días en Johannesburgo supone una nueva ocasión de medir las posiciones de unos y otros ante la política de aplanadora iniciada por la administración del presidente estadunidense Donald Trump, y especialmente tras la conferencia de Múnich, marcada por la diatriba antieuropea del vicepresidente estadunidense, JD Vance, y del encuentro entre Estados Unidos y Rusia en Riad para discutir sobre Ucrania en su ausencia de su presidente.