Viernes 31 de enero de 2025, p. 6
El Programa para Trabajadores Extranjeros Temporales (TFWP, por sus siglas en inglés) de Canadá está concebido de tal forma que facilita abusos y discriminación contra las personas migrantes, afirmó Amnistía Internacional (AI).
Tras entrevistar a varios trabajadores de diversas nacionalidades, incluidos mexicanos, expuso que el programa permite a los empleadores ofrecer sobre todo trabajos mal pagados en sectores como los de la agricultura, el procesado de alimentos, el sistema de cuidados, la construcción y la hostelería
.
Los visados del TFWP, señaló, vinculan a estas personas a una única entidad empleadora que controla su situación migratoria y sus condiciones laborales.
AI reveló que quienes estuvieron o continúan en el programa dieron a conocer que tras llegar a Canadá, se habían visto obligadas a trabajar muchas horas sin descanso y con un salario inferior al acordado.
A menudo se les asignaban tareas no incluidas en su contrato y sufrían malos tratos físicos y sicológicos, así como abusos sexuales. Muchas de ellas trabajaban en condiciones poco seguras, carecían de acceso a una vivienda adecuada y a atención sanitaria, y sufrían discriminación. La mayoría no pudieron acceder a un recurso efectivo por los abusos que habían soportado
, destacó.
En un informe, apuntó también que muchas personas trabajan y viven en lugares remotos y, por tanto, su alojamiento y el acceso al seguro médico y al transporte dependen de su entidad empleadora. Si caen enfermas, sufren una lesión o ya no son consideradas aptas para el trabajo, pueden rescindirles el contrato y ser objeto de una repatriación rápida
.
La organización internacional sostuvo que algunos de los entrevistados “denunciaron que sus empleadores y supervisores usaban con ellos un lenguaje racista y que los insultaban llamándolos ‘burro’ o ‘indio’”.
Afirmó que han documentado casos de personas que han sufrido lesiones o que desarrollaron problemas médicos como consecuencia de las condiciones laborales poco seguras.
Algunos trabajadores y trabajadoras denunciaron que su entidad empleadora los había amenazado con la repatriación y, en un puñado de casos, que los habían llevado al aeropuerto contra su voluntad
, agregó.
Reconoció que por miedo a represalias, como despidos, la no renovación de contrato o la repatriación es que las personas afectadas no denuncian.