ara México la agricultura ha sido uno de los rubros que más nos ha representado a escala mundial y ha impulsado el desarrollo y crecimiento; sin embargo, debido al cambio climático y, aunque nos cueste reconocerlo, de la poca aplicación de políticas públicas, el campo y los agricultores han comenzado a sufrir estragos y consecuencias que elevan los costos en las cadenas de producción y exportación, lo que sin duda afecta la economía del país.
La inseguridad alimentaria se ha convertido en un serio problema, incluso el segundo de los 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS), poner fin al hambre
, contiene entre sus ocho metas: poner fin a todas las formas de malnutrición; duplicar la productividad agrícola y los ingresos de los productores de alimentos; aumentar las inversiones, incluso mediante mayor cooperación internacional, entre otras, lo que deja patente la preocupación mundial frente a una creciente población y una disminución de la gente dedicada al campo y de los recursos destinados a este rubro.
A pesar de los esfuerzos, se debe reconocer que la guerra entre Rusia y Ucrania generó graves efectos en la producción de alimentos. De acuerdo con el Banco Mundial, el año pasado en febrero, 16 países habían establecido 23 prohibiciones a la exportación de alimentos, y ocho habían implementado 15 medidas de restricción de las exportaciones.
Por otro lado, el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales ha mencionado que la guerra entre Rusia y Ucrania causó la mayor perturbación de carácter militar en los mercados agrícolas mundiales en al menos un siglo; el análisis asegura que la agricultura y la seguridad alimentaria fueron fundamentales para la estrategia de guerra de Rusia y el sector agrícola de Ucrania ha sido un objetivo importante de los ataques desde febrero de 2022.
No podemos negar que la autosuficiencia alimentaria, la estabilidad en los cultivos y distribución equitativa de alimentos, entre otros puntos, como hemos visto en diversos conflictos, juegan un papel para la seguridad nacional de todos los países, lo que convierte al campo en un elemento esencial a tomar en cuenta dentro de los manuales, acciones y políticas a implementar.
El documento Estado de inseguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2024 informó que entre 713 y 757 millones de personas, que suponen respectivamente entre 8.9 por ciento y 9.4 por ciento de la población mundial, podrían haber padecido hambre en 2023. Si se considera el valor medio (733 millones), se trata de unos 152 millones de personas más que en 2019.
Ha quedado patente que el desarrollo agrícola constituye uno de los medios más importantes para poner fin a la pobreza extrema, impulsar la prosperidad compartida, impulsar la economía, mejorar la educación e incluso promover la equidad, pero a pesar de que sabemos lo importante del campo y la agricultura hay que reconocer que existen problemáticas que deben ser consideradas; por ejemplo, el Banco Mundial sostiene que: Los actuales sistemas alimentarios también amenazan la salud de las personas y del planeta y generan niveles insostenibles de contaminación y desechos
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Por otro lado, hay que reconocer que otro de los problemas y quizá uno de los más significativos, es la poca inversión al campo, incluso el Foro Económico Mundial afirma que la agricultura a escala global acumula casi tres décadas de infrainversión al tiempo que tiene que hacer frente al reto mayúsculo de alimentar más y mejor a la creciente población mundial con la existencia de limitaciones notables.
Desafortunadamente, aunque la preocupación es evidente, el compromiso al parecer no lo es tanto, incluso de acuerdo con datos del Foro Económico Mundial durante la vigésimo novena Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2024 uno de los puntos a destacar fue que faltaron resoluciones en cuanto al fondo de pérdidas y daños dirigido a asistir a los países que sufren desastres asociados al cambio climático.
¿Cuáles son los retos de la agricultura para México? Entre los más significativos podríamos enlistar: 1) la escasez de agua para riego; 2) la degradación del suelo; 3) el cambio climático; 4) la falta de mano de obra; 5) el rezago en la creación y aplicación de tecnología; 6) la comercialización, y 7) la transformación de los sistemas alimentarios (cadenas de frío).
Claro que esos no son todos los problemas que enfrenta el país, con el incremento de la violencia y la presencia del crimen organizado, también el cobro de derecho de piso, las amenazas, las extorsiones y la muerte de agricultores se han vuelto temas sensibles que afectan a miles de familias, asunto que merece un análisis más pormenorizado y que abordaré en próximas entregas.
Hoy los cambios son cada vez más disruptivos, y hay que considerar que la agricultura se ha visto impactada por el abandono, ya que en ocasiones los jóvenes dejan el campo por la ciudad en búsqueda de trabajos mejor remunerados y así quedan menos agricultores para producir el creciente volumen de alimentos para la población mundial en aumento.
Mucho queda por analizar; sin embargo, sin apoyo para los agricultores quienes continúan luchando por hacer frente a los efectos del cambio climático, los cultivos seguirán disminuyendo; hoy se deben replantar no sólo los recursos destinados al campo, sino también los fondos o seguros catastróficos, ya que las pérdidas son cada vez mayores y, sin las medidas necesarias, nuestras oportunidades de desarrollo y crecimiento son cada vez menores.
* Consultor en seguridad, inteligencia, educación, religión, justicia y política