El elevado consumo de bebidas azucaradas (refrescos, jugos) en México está directamente asociado con más de 46 mil muertes al año por diabetes y enfermedades cardiovasculares, reveló una investigación, cuyos resultados se publicaron en la revista científica Nature Medicine.

De hecho, el país registra una de las mayores cargas de morbilidad por estas causas entre los 184 países donde se hizo el trabajo que dirigió la mexicana Laura Lara-Castor, investigadora en la Universidad de Washington.

La investigación identificó que uno de cada 10 nuevos casos de diabetes tipo 2 y uno de cada 30 de enfermedad cardiovascular son consecuencia del consumo de refrescos, bebidas de frutas o energéticas y limonadas, entre otros.

También encontró que la mayor incidencia de padecimientos por este factor de riesgo se presenta en América Latina y el Caribe, seguida por África subsahariana.

Ayer, Jorge Vargas, doctor en ciencias de nutrición poblacional y colaborador en la organización El Poder del Consumidor, comentó la situación en el país. Refirió los datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut), según los cuales 30 por ciento de la dieta de los mexicanos se compone de alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas.

Éstas últimas, dijo, son consumidas por más de 80 por ciento de la población, con un promedio nacional de 163 litros por persona al año, aunque hay entidades, por ejemplo Yucatán, donde la ingesta es de 240 litros, o en Chiapas, 821 litros, lo que equivale a más de dos litros de este tipo de bebidas a diario.

Ingesta supera recomendaciones

En todos los casos se rebasa el nivel máximo de consumo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cual indica que 10 por ciento de la dieta se tendría que integrar con azúcares añadidos e idealmente el límite debería ser 5 por ciento.

Esto significa que de mil 800 calorías que consume un adulto, de 22.5 a 45 gramos deberían ser azúcares. Con base en los datos presentados, en Yucatán el indicador es de 50 gramos por día y en Chiapas sube a 165 gramos.

Lo anterior, agregó, aumenta el riesgo para el desarrollo de obesidad, diabetes, hipertensión arterial, afecciones cardiovasculares y enfermedad renal, entre otros padecimientos crónicos.

Comentó que desde hace más de dos décadas han aumentado la prevalencia y mortalidad por diabetes. En 2000 había 5.3 millones de personas con el padecimiento y para 2022 la cifra casi se triplicó a 14.6 millones.

En tanto, las defunciones pasaron de 40 mil 600 a más de 115 mil entre 2000 y 2022.

Por enfermedades cardiovasculares subieron de 122 mil decesos, en 2015, a 236 mil en 2022. Ambos males están entre las 10 principales causas de muerte en el país.

En tanto, la investigadora Ana Larrañaga, de El Poder del Consumidor, mencionó que el año pasado esa organización solicitó a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios que emitiera una alerta sanitaria por esta situación. Así, tendrían que impulsarse medidas como el aumento en los impuestos a las bebidas azucaradas, fortalecer la regulación de la publicidad en Internet y redes sociales, así como garantizar que las escuelas estén libres de productos ultraprocesados y bebidas con azúcares añadidos.