Cultura antiwoke
n cambio cultural se observa a escala global. Presidentes, políticos y empresarios como Giorgia Meloni, Donald Trump, Javier Milei, Vladimir Putin, Marine Le Pen y Elon Musk critican agriamente la política woke.
El concepto WOKE surgió como respuesta a la injusticia racial en Estados Unidos en la década de 1960. La discriminación y la violencia contra la población negra trajeron como resultado crecientes protestas y luchas bajo el concepto woke (derivado de wake o despertar
).
Esto se extendió a todo tipo de demandas contraculturales y de grupos marginados: personas con preferencias sexuales no convencionales, grupos raciales, minusválidos, mujeres, feministas, personas de la tercera edad, individuos que usan géneros neutros, como le
en lugar de el
o la
, y movimientos que van en contra de los sistemas capitalista y comunista.
Los grupos contestatarios, por llamarlos de alguna forma, lograron posicionarse en la política, la sociedad y la economía con derechos especiales. En el caso de la identidad sexual, por ejemplo, la población LGBT (lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, travestis, intersexuales, queer, asexuales y pansexuales) demanda un trato especial por su género. En consecuencia, ha logrado una creciente cuota política y económica, aunque represente una parte pequeña de la población. Hasta en los baños públicos piden espacios exclusivos. Se trata de una corrección política
ante la discriminación y la falta de oportunidades reales o imaginadas.
Sin embargo, desde la perspectiva del movimiento anti woke hay un abuso de parte de estos grupos minoritarios. Por el hecho de pertenecer a un grupo especial se han elaborado leyes, se han otorgado subsidios y, en general, se han otorgado mayores oportunidades frente al resto de la población, lo que va en contra de la igualdad, la competencia, las libertades y la eficiencia.
Según esta corriente, no por ser de una minoría racial, étnica o sexual se merece un trato especial o un cargo. Todos deben responder a las mismas leyes y regulaciones y, ante las oportunidades de un cargo público o de un empleo privado no deben existir cuotas especiales. Para bien o para mal, esta corriente antiwoke gana votos por todo el mundo.