Martes 28 de enero de 2025, p. 4
Marionetas, unos cubos y una historia que entrelaza la fantasía y la realidad son los elementos que dan vida a Iris, una niña sin fin, obra infantil que se presenta los fines de semana en la sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque.
Con dirección de Esteban Herskovits, el montaje, creado por la compañía Teatro de la Materia, es un homenaje a la imaginación, el medio ambiente y la empatía.
Se trata de un trabajo completamente colaborativo. Teatro de la Materia, integrado por Paolina Orta, Edwin Torres y yo (con mi compañía Avuelopajaro) unimos fuerzas para crear esta obra desde cero. Veníamos de colaborar en otro proyecto, y éste fue nuestro segundo montaje en conjunto, con un enfoque particular: acercar el teatro de objetos al público infantil
, explicó el titiritero chileno Esteban Herskovits, en entrevista con La Jornada.
Estrenada con apoyo del Fondo de Creación de Títeres y Objetos 2022, la obra se ha enriquecido con aportaciones de artistas como María Teresa Trentín, quien construyó algunas de las marionetas, y Shanttal Saad, responsable de la música. Este esfuerzo conjunto produjo un espectáculo que mezcla el simbolismo del teatro de objetos con la ternura y profundidad del teatro para niños.
Para Herskovits, la obra es, ante todo, un alimento para la imaginación
. En un mundo saturado de tecnología y entretenimiento preconfigurado, el teatro ofrece algo distinto: La imaginación es como la nutrición: necesaria para la salud de la humanidad. Una obra de teatro te invita a completar el universo con tu mente. Queremos que los niños que vean esta obra no sólo se diviertan, sino que se lleven un mensaje de alegría y reflexión sobre temas importantes, como el cuidado del agua y los valores humanos, pero siempre desde la imaginación y la diversión
.
La historia, que combina momentos de vida rural y urbana, también hace un homenaje a quienes defienden la tierra y los recursos naturales. Sin embargo, la obra opta por no hablar explícitamente de tragedias o persecuciones, sino por resaltar el valor del compromiso y la esperanza.
Iris es una niña de una comunidad rural, donde ha crecido entendiendo la importancia del agua y la naturaleza. Una mañana descubre que su amigo desapareció, lo que la impulsa a emprender un viaje hacia la ciudad para encontrarlo. En su travesía conoce a Mon, joven que dedica sus días a enfrentar los desafíos del mundo. Juntos emprenderán un viaje lleno de aventuras y aprendizaje mutuo.
Una de las inspiraciones conceptuales de la puesta en escena proviene de un libro poco convencional, La anarquía explicada para niños, de la década de 1930. Este texto, que aboga por valores como la educación, el cuidado mutuo y la igualdad, se traduce en escena con metáforas visuales y simbólicas.
Queríamos rescatar conceptos que fomentan el amor, la empatía y el cuidado del medio ambiente. El agua, por ejemplo, es un tema central. En la obra, el agua no pertenece a nadie, pero al mismo tiempo nos pertenece a todos. Es un llamado a entenderla como un bien común, esencial para la humanidad
, añadió Esteban Herskovits (Santiago de Chile, 1978).
Un tributo a los activistas
La propuesta escenográfica destaca por su originalidad, mediante el uso de cubos transparentes de colores como elementos centrales.
Estos aditamentos, en combinación con una cuidada iluminación, transforman el escenario de manera constante, dando lugar a paisajes que van desde entornos urbanos hasta escenarios naturales.
Los cubos son nuestra base técnica. Sirven para construir una tienda, un limpiador de vidrios o incluso una ciudad. Cada cambio escénico genera una atmósfera distinta, lo que nos permitió investigar cómo mantener una obra en constante transformación visual y emocional
, destacó el director.
El teatro no es sólo lo que sucede en el escenario. Es la reunión de personas con un propósito común: compartir una experiencia. Abrimos un pequeño universo con la obra e invitamos al espectador a viajar con nosotros. Cuando los niños se rinden ante la experiencia, sabemos que hemos logrado algo especial.
La obra también incluye un emotivo homenaje a los luchadores sociales y ambientales de Latinoamérica, aunque no se menciona de manera explícita.
Hemos conocido a personas que arriesgan su vida por proteger la Tierra. Esta obra es, en parte, un tributo a su esfuerzo. Queremos que los adultos reflexionen sobre el valor de esas luchas y que los niños crezcan con el amor por la naturaleza
, concluyó Herskovits.
Iris, una niña sin fin tendrá funciones los sábados y domingos a las 13 horas en la sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque (Reforma y Campo Marte). Las entradas cuestan 80 pesos, y la temporada concluye el 9 de febrero.