Al desmantelar Donald Trump las políticas contra el cambio climático creadas en el gobierno de Joe Biden, México podría perder financiamientos otorgados por Estados Unidos para crear programas, aunque se podrían reponer a través de otros países, como China, o de instituciones financieras internacionales, como los bancos, si es que crea un plan B, señaló Gustavo Alanís, presidente del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda).

Mantener compromiso

Si bien no dependen de estos recursos, en entrevista sugirió que México y la comunidad internacional deben seguir en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y en el Acuerdo de París, con independencia de si Trump firmó una orden ejecutiva para sacar a Estados Unidos de estos programas y envíe un mal mensaje a los demás países para eludir sus responsabilidades.

La idea, dijo, es tener cada vez tecnología de punta, recursos materiales y personal capacitado que ayude a reducir las emisiones de gases de efecto de invernadero en el país. Distintas naciones continuarán dentro de estos acuerdos, y si ya hay compromisos, entonces hay que cumplirlos y asegurar que sean cada vez sean más ambiciosos para reducir más rápido la generación de esas emisones.

Con el retiro de Estados Unidos, destacó, ya no aportará al Fondo Verde para el Clima e impedirá el cumplimiento de la meta acordada en Bakú, en 2024, para que los países industrializados destinen 300 mil millones de dólares anuales hacia 2035. También se limita el dinero para el nuevo Fondo de Pérdidas y Daños, destinado a apoyar a las comunidades más afectadas por fenómenos extremos.

El hecho también profundiza la injusticia climática porque la salida de uno de los mayores emisores traslada, de forma injusta y desproporcionada, a los países que menos contribuyen al cambio climático y a las comunidades más vulnerables, la responsabilidad de hacer frente a esta amenaza global. El año pasado, China contribuyó con 32 por ciento del total de las emisiones mundiales, Estados Unidos 13, India 8 y la Unión Europea 7.

Además, apuntó que obstaculiza aún más los esfuerzos para limitar el aumento de temperatura global a 1.5 grados centígrados, lo que retrasa la acción global necesaria para proteger derechos humanos básicos, como el acceso al agua, la alimentación y la salud.

Subrayó que la decisión de Trump de apostar por el petróleo y el gas implica un retroceso en los avances de las energías renovables. Las emisiones de combustibles fósiles provienen del carbón (41 por ciento), el petróleo (32) y el gas (21).