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Ignorancia y órdenes ejecutivas // Trump: briago de cantina // Dispara sin importar dónde pegue

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▲ Parece que las salvajadas del presidente estadunidense serán todos los días.Foto Afp
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e lo perfectamente bien informado que está el cavernícola Donald Trump da cuenta otra de sus amenazas, ésta fresquecita: imponer a España aranceles de al menos 100 por ciento en sus negocios con Estados Unidos, si continúan con sus esfuerzos de desdolarización, por su pertenencia al bloque de los BRICS (acrónimo de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), creado 15 años atrás… sin la participación, y menos integración, de España, país que sí forma parte de la OTAN, uno de los juguetes preferidos de Estados Unidos.

En el primer día de estancia en la Casa Blanca, el susodicho se dedicó, a tontas y a locas, a firmar cualquier cantidad de órdenes ejecutivas históricas –algunas con asuntos internos y otras externos–, en un ejercicio similar al de los borrachos de cantina del wild, wild west: a donde pegue el plomazo, y uno de ellos, sin venir al caso, fue contra España, quien ni lejanamente simpatiza con el referido bloque, pero sí es veloz a la hora de doblar las corvas a la menor instrucción de Washington. Entonces, si con ese ojo clínico Trump hace las cosas, pues está perdido.

También se le fue al cuello a los países latinoamericanos: no los necesitamos; ellos nos necesitan, todos nos necesitan, dijo el magnate, aunque olvidó mencionar que 45 por ciento del voto latino fue favorable a su candidatura. Entonces, queda en entredicho aquello de no los necesitamos, toda vez que sin esos sufragios no estaría despachando en la Oficina Oval.

Lo que cabe preguntarse es ¿por qué esa parte de la sociedad estadunidense (permanentemente amenazada, hostigada, reprimida, menospreciada y perseguida por personajes como el nuevo inquilino de la Casa Blanca) decidió votar a Donald Trump? ¿Qué tan desesperada por quedar bien con sus patrones blancos debe estar la comunidad latina como para actuar en contra de sí misma y sufragar a favor de alguien que desde siempre le ha dejado en claro que la aborrece y está en la mejor disposición de hacerla trizas y correrla a patadas?

Con él en la Casa Blanca, Trump presume el inicio de una nueva era, tan nueva que se basa en una legislación de 1798 (Ley de Enemigos Extranjeros, LEE, promulgada 227 años atrás) para cometer todo tipo de tropelías en contra de los propios latinos que lo votaron y declarar guerras (en contra de los migrantes, los cárteles de la droga y todo aquello que se le ocurra) para cumplir con su apotegma ( Make America great again, el espacio vital hitleriano, pero en versión gringa, con todo y saludo fascista de Elon Musk).

De acuerdo con el Centro Brennan para la Justicia de la Facultad de Derecho de la Universidad de Nueva York, a lo largo de la historia estadunidense dicha ley se invocó en tres ocasiones, cada una de ellas durante un conflicto declarado: la Guerra de 1812 (angloestadunidense), la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial. En estas dos últimas, la Ley de Enemigos Extranjeros fue clave en las detenciones, expulsiones y restricciones dirigidas contra inmigrantes alemanes, austrohúngaros, japoneses e italianos basándose únicamente en su ascendencia. La ley es más conocida por su papel en el internamiento de japoneses (campos de concentración), una parte vergonzosa de la historia de Estados Unidos, por la que el Congreso, los presidentes y los tribunales se han disculpado.

Tras la Segunda Guerra Mundial y antes de Trump, subraya el citado centro, ningún presidente reconsideró revivir la LEE, pero en la actualidad algunos políticos y grupos antinmigración abogan por una interpretación no literal, de modo que se pueda invocar en respuesta a la migración ilegal y al tráfico de estupefacientes transfronterizos. Estos políticos y grupos consideran que esa ley es para una deportación potenciada, pero la interpretación que proponen contradice siglos de práctica legislativa, presidencial y judicial, de tal suerte que invocarla en tiempos de paz para eludir la ley de inmigración convencional sería un abuso asombroso.

Entonces, entre el capricho, el siglo XVIII, el desconocimiento y los disparos de borracho de cantina del wild, wild west, mal inicia Trump su segundo mandato no consecutivo, en vías de empeorar.

Las rebanadas del pastel

Cabeza fría, recomienda la presidenta Sheinbaum, ante las interminables órdenes ejecutivas históricas del cavernícola. Bien, pero debió agregar hígado sólido, porque parece que las salvajadas son de todos los días… Lo dicho: apenas cuatro días mantuvo Estados Unidos a Cuba fuera de la lista de naciones patrocinadoras del terrorismo; Trump la rehabilitó. Ignominioso.

X: @cafevega