Opinión
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El talón de Donald Trump
C

omo aquel héroe troyano que tenía como único punto vulnerable el talón que su madre Tetis no empapó al bañarlo en las mágicas aguas del río Estigia, Donald Trump inevitablemente tiene alguna debilidad de cualquier especie que lo haría mortal ante los esfuerzos de seres que él juzga menores.

Ojalá que la mitología tuviera algún viso de realidad. Estaríamos listos para una confrontación que, aun siendo cruenta, nos daría el triunfo que nos es más urgente. Los días pasan, faltan sólo tres. Seguramente los altos mandos nacionales se quiebran la cabeza buscando ese punto débil del gigante y, para su sorpresa, lo que están encontrando son nuestras propias insuficiencias.

Hasta donde se advierte por los medios abiertos ese sitio específico, el talón de Trump, no ha sido encontrado ni lo será, al menos por nuestras actuales ideas. En cambio, empiezan a surgir noticias sobre ausencia de proyecto, descoordinación, protagonismo.

Falta información amplia y precisa. El gobierno no ha transparentado el bloque de medidas que adoptará México en el caso más estruendoso que es el de los migrantes. Hemos leído discursos rebosantes de humanismo mexicano, pero vacíos de programas concretos y sus responsables.

Más lamentable resulta que esos altos funcionarios tampoco hayan informado de manera responsable sobre los planes a ejecutar para cada caso específico de la triple amenaza de Trump. Se ha ordenado contratar a más de mil abogados encargados de asesorar a aquellos quienes debieran comparecer ante tribunales. ¿Mil en una semana?

Nada se ha dicho de cómo se atenderá a fondo el problema y ya se corre la voz de que en nada coinciden y en todo difieren los secretarios de Gobernación, Relaciones Exteriores, Seguridad y Medio Ambiente, el aparente equipo de rescate donde el individualismo es innegable.

Mientras dormitan o pelean, a los señores legisladores no se le ha venido a la cabeza que ellos son representantes del pueblo, exactamente de los migrantes retornados y siguen cabeceando o luciéndose en todo menos en el ardiente fondo.

Todos hemos olvidado, y este olvido es primordial, que todos los migrantes tuvieron un lugar de origen en su aventura trasnacional. Consecuentemente, nada se ha hablado de cómo actuarían los gobiernos de aquellos estados y países que han sido históricamente expulsores de población.

Es de máxima importancia tener presente que los migrantes son iguales como seres humanos, pero distintos ante la ley migratoria mexicana y seguramente ante tratados bilaterales y frente a la ley propia de sus países. Son titulares de derecho aquellos adultos y menores desplazados, por ejemplo, de Guanajuato, Zacatecas, Oaxaca, por un lado, y de manera distinta los extranjeros, que vinieron de Venezuela o Senegal.

En otro escenario veamos que el caso es inminentemente político, pero obliga a una instrumentación logística de gran complejidad que va desde reconocer la identidad y estado legal que cada individuo tiene como sujeto de derecho y, por tanto, debe tratársele como tal hasta ponerlo a las puertas de su casa.

Ello implica los temas de respeto a la integridad familiar, promoción de la salud, derecho al trabajo y, muy primordialmente, el más humano de los derechos, el de reintegrarse a su comunidad de origen aun siendo extranjeros.

La mayor parte de estas tareas debe darse a partir del momento de su recepción sobre la línea fronteriza. Ello nos obliga a la preparación de alojamientos a niveles que ofrezcan condiciones de justa comodidad, higiene, salud, alimentación y seguridad.

Es primordial, y sólo vagamente se ha mencionado, la participación en todos estos esfuerzos de las autoridades locales en beneficio de cada uno de los reingresados. Ellos debieran participar en la recepción, selección, organización y transporte de grupos de refugiados para su vuelta a casa.

¡Se necesitan constantes cientos de autobuses! ¡Pues sí, así de gorda es la cosa! Esta responsabilidad implica además el apoyo a las autoridades federales, a municipios y estados fronterizos que hayan sido puerta fronteriza de reingreso.

La complejidad de la maniobra logística esbozada en esta nota contrasta de manera lamentable con lo pobre de la comprensión del tamaño del problema para las autoridades federales. Es de reconocerse lo que sólo por iniciativa propia están haciendo autoridades locales como Tijuana, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo o Reynosa. Carecen de órdenes, instructivos, guías o como se quiera llamarles. ¿Alguien las estará preparando?

Más allá de nuestras responsabilidades compasivas, de las legales, organizativas y operativas está el preservar el prestigio internacional del país. Con estos datos, parece que otra vez comparecemos negativamente ante el juicio internacional.

Estamos ante uno de los grandes episodios nacionales que dejarán huella histórica en los registros propios y en los del juicio internacional. El conflicto que ya llama a la puerta es uno de los grandes hechos que marcarán la administración de Sheinbaum.