Protagoniza el monólogo Ana Banderas
Viernes 17 de enero de 2025, p. 9
¿Qué se puede hacer cuando te ahoga el mar de tu propia mente?
Con esta reflexión, el dramaturgo y director Aarón Zamora invita a explorar las profundidades de la depresión en Aprender a nadar, monólogo cuya temporada inició ayer en el Centro Cultural El Hormiguero.
Escrita especialmente para la actriz Ana Banderas, la obra se perfila como una travesía emocional intensa que aborda el aislamiento, el dolor y la lucha interna de una mujer atrapada en las turbulencias de sus pensamientos.
El proyecto, auspiciado por la compañía Tierra de Fuego Teatro, nació de conversaciones filosóficas entre Zamora y sus colaboradores más cercanos. Ana Banderas quería regresar al escenario, y pensé en escribirle un monólogo como regalo. La depresión es un tema que la atraviesa y le interesa explorar. Ese fue el motor y el corazón de esta obra
, señaló el dramaturgo en entrevista con La Jornada.
La depresión es como un mar inmenso y a menudo inabarcable. Es muy arquetípico asociar la melancolía con el agua. Pero también hay algo profundamente humano en esa conexión: te hace sentir como una isla, aislado, rodeado por algo que parece insuperable.
Sentada sobre una silla suspendida, la protagonista encarna la lucha por no hundirse. El aislamiento es un síntoma, pero también una metáfora: estar atrapada en la silla simboliza el esfuerzo por salir de un lugar donde te sientes pequeño, insignificante, perdido en un océano de emociones
, añadió Zamora.
Para el director, este diseño escénico minimalista coloca el peso del montaje en la habilidad actoral de Ana Banderas, quien colaboró con Aarón Zamora en la construcción del movimiento. Exploramos todas las posibilidades que la silla ofrece como elemento dramático. Cada transición corporal cuenta una historia y construye una imagen poderosa para el espectador
.
Salud mental
Aarón Zamora reconoció que aunque la obra está dirigida “a espectadores de cualquier edad, ésta tiene un diálogo especial con los mille- nnials, generación entre 25 y 39 años que ha comenzado a romper los tabúes sobre la salud mental.
Estamos marcados por la melancolía y la nostalgia. Nuestra generación está aprendiendo a normalizar la búsqueda de ayuda profesional. La propuesta escénica nos recuerda que nadie debería enfrentarse solo con la depresión.
La narrativa del monólogo refleja la experiencia generacional al alternar escenas de la infancia, la adolescencia y la adultez.
Valeria Paulino, responsable del diseño escénico e iluminación, subrayó que la obra es el resultado de un trabajo colectivo. Este proyecto es un espejo de nuestra fragilidad, pero también de nuestra capacidad de resistencia. Es una invitación a enfrentar las mareas internas y a salir a la superficie, juntos
, indicó
El teatro, lugar para sanar y compartir
Las barras de LED crean claroscuros que reflejan la lucha interna de la actriz y añaden una profundidad visual a la simplicidad escénica.
Queremos transmitir belleza y emoción con pocos elementos, centrándonos en lo esencial
, comentó Paulino. La depresión es un proceso complejo y no debe asimilarse como una simple tristeza. Es una especie de antagonista que forma parte del ser humano.
Aunque el mar parezca infinito, siempre podemos aprender a nadar. Y en ese proceso, nunca estamos realmente solos. El teatro es un lugar para sanar, para compartir y para resistir.
Las funciones de Aprender a nadar serán los jueves a las 20 horas en el Centro Cultural El Hormiguero, ubicado en Gabriel Mancera 1539, colonia del Valle. La entrada cuesta 300 pesos.