Aunque es una buena propuesta la reinstalación de los migrantes que habitan en campamentos irregulares de la Ciudad de México a albergues, como lo anunció la jefa de Gobierno, Clara Brugada, su puesta en marcha no será tan sencilla, ya que la mayoría de estas personas no quieren estar en dichos espacios, sino que prefieren ser más libres y permanecer cerca de los trabajos que han conseguido.

Así lo señaló el director del albergue de la parroquia de Santa Cruz y la Soledad, en la Merced, el sacerdote Benito Torres Cervantes. En entrevista, expuso que en el caso del campamento que se ubica en las inmediaciones de su iglesia, el más grande de la ciudad, varios de los extranjeros han logrado colocarse en empleos informales en la zona centro.

Ante ello, sostuvo, las autoridades necesitan proponer algo más que les beneficie y que les dé la certeza sobre el tiempo de estancia.

Se hará todo lo posible para que los migrantes puedan estar en albergues, aunque esto va a generar un conflicto porque la mayoría no quiere estar en estos sitios. Las razones son que no se quieren someter a normas, quieren estar más libres, entre otras. Creo que esto es uno de los aspectos a los que nos vamos a enfrentar, consideró.

Respecto de la agudización de la crisis que podría generarse con el nuevo gobierno de Donald Trump, quien asume la presidencia de Estados Unidos el próximo lunes, aseguró que los espacios de refugio se preparan para la llegada no sólo de personas extranjeras, sino de mexicanos deportados.

Nos preparamos hasta lo que da nuestra capacidad. Antes en la iglesia llegaban hasta mil 300 personas; sin embargo, ya no podemos meter tanta gente porque las cosas han cambiado. Al principio eran migrantes de paso, porque su finalidad es Estados Unidos, pero ahora muchos no han subido porque están esperando la cita CBP One para solicitar asilo en ese país.