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Plan México y minoría rapaz // Fábula: la rana y el escorpión // ¿Magnates convencidos?

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e acuerdo con la versión oficial, tirios y troyanos quedaron satisfechos con el armado y presentación en sociedad del Plan México, a grado tal que hasta las cabezas visibles de la minoría rapaz, acérrimas enemigas de la 4T (como Claudio X. González Laporte, papá del frustrado junior) se mostraron complacidas por su contenido, alcance e inminente puesta en marcha, toda vez que, dijeron, con ese proyecto ahora sí nuestro país formaría parte de las 10 principales economías del planeta.

Con dicho plan, el mundillo de los magnates autóctonos (construido por el régimen neoliberal y siempre a costillas de la nación) se frota las manos ante el cúmulo de oportunidades (léase utilidades) que el segundo piso de la 4T les ofrece. Por ejemplo, uno de los más destacados exponentes del cinismo y el oportunismo de la oligarquía nacional –papá Claudio– se animó a declarar que con el nuevo proyecto “es muy importante que logremos la unidad de todos los sectores ante los retos que tenemos para hacer crecer el país (…) y garantizar el tratado de libre comercio; necesitamos de ella para hacer frente a la nueva administración del presidente Trump, así es que la palabra clave es unidad entre todos”. Y lo dice quien a lo largo de las últimas dos décadas, cuando menos, se ha dedicado a promover la división, el clasismo y el racismo entre los mexicanos.

Declaraciones como la citada, que, palabras más o menos, repitieron otros integrantes de la minoría rapaz, llevaron a presumir alegremente a algunos funcionarios de la 4T la gran aceptación y apoyo que la presidenta Sheinbaum tiene entre los magnates autóctonos, dejando de lado la negra experiencia que para la mayoría de los mexicanos ha significado el proceder de ese grupito de privilegiados, dada su mezquindad y, desde luego, elevadísimo grado de traición a sus mentores.

Las altas esferas de la política nacional se muestran complacidas con la positiva respuesta de esa minoría, pero dejan de lado su esencia, la cual bien puede ejemplificarse con aquella fábula de la rana y el escorpión, es decir, que tarde que temprano –una vez logrado el objetivo en metálico– traicionarán –como lo ha hecho a lo largo de los sexenios– a quien dicen apoyar y alabar, porque esa es su naturaleza. ¿En serio alguien cree en las conmovedoras palabras de Claudio X. González Laporte?

A lo largo de su sexenio, el entonces presidente López Obrador en varias ocasiones recordó el tradicional comportamiento de esa minoría rapaz, y ejemplificó con lo padecido por Enrique Peña Nieto: a los potentados les dio todo y lo traicionaron; me refiero a los de arriba, porque el pueblo no traiciona, pero los de arriba sí; lo convirtieron en el payaso de las cachetadas, con sus medios de información, después de que lo habían encumbrado y al final lo socavaron y ningunearon. Entonces, valga esa recomendación para los alegres funcionarios de la 4T que presumen la positiva respuesta de aquellos al Plan México para que no se hagan ilusiones de que finalmente convencieron al grupúsculo de magnates.

El Plan México ofrece todo tipo de oportunidades (a nivel federal y estatal, para cada una de las entidades de la República hay un plan, hay un proyecto, hay metas, y el objetivo es que todas y todos seamos parte de la construcción de este Plan México, anunció la presidenta Sheinbaum), pero a la mayoría de ellas –por no decir a todas– sólo pueden acceder los grandes capitales, foráneos y nacionales, es decir, las jugosas utilidades se quedarán en ese grupúsculo y una vez que no haya más que explotar procederá como lo hicieron en sexenios anteriores, con todo y payasito de las cachetadas. Se mantendrá fiel al gobierno en turno en la medida que su caja registradora no deje de tintinear, y muy fuerte, porque el resto (desarrollo, bienestar, equidad, reducción de la pobreza, mejora del ingreso, etcétera, etcétera) les vale un soberano carajo, a menos, claro está, que ahora la 4T confíe en gentuza como Claudio X. González papá.

Las rebanadas del pastel

Otro capítulo de la rana y el escorpión: ¿cuánto tiempo Cuba quedará fuera de la lista de países patrocinadores del terrorismo (la cual no incluye a Estados Unidos), tras la decisión de Joe Biden (sin cancelar el ilegal bloqueo, desde luego)? Los más optimistas estiman que sólo por cuatro días, es decir, hasta que Donald Trump despache en la Oficina Oval, porque fue decisión de éste incluir a la isla en ese inventario… En la misma tesitura y tras 45 mil asesinatos, ¿cuánto tiempo se prolongará el acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamas para liberar rehenes? Lo mismo.

X: @cafevega