Con la reciente eliminación en los playoffs ante los Cuervos de Baltimore, los Acereros de Pittsburgh, uno de los tres equipos de la NFL con mayor afición en México, junto con los Vaqueros de Dallas y los 49ers de San Francisco, han naufragado en los últimos 15 años en su intento por conquistar el Supertazón, el cual no ganan desde 2009.

Los Acereros han sido opacados por la dinastía de los Patriotas de Nueva Inglaterra de Tom Brady, campeones en seis ocasiones en 20 años, y por el actual dominio de los Jefes de Kansas City de Patrick Mahomes, quienes se coronaron tres veces en las últimas cinco temporadas. México es uno de los países con más aficionados al futbol americano con 46 millones de seguidores, de acuerdo con datos de la liga, de los cuales Dallas ocupa la primera posición, seguido de San Francisco, Pittsburgh y Nueva Inglaterra.

Si equipos con tradición en el país como Acereros y Vaqueros no disputan seguido campeonatos, esto propicia que los nuevos aficionados se vayan a conjuntos de moda como los Patriotas o los Jefes. Mucha de la fanaticada de Pittsburgh en México es de la década de 1970, cuando el equipo salió cuatro veces campeón, pues todos quieren irle a una franquicia que gane. He sabido de seguidores de lo Patriotas que se cambiaron a Tampa Bay cuando Brady salió del equipo, y, en comparación con Dallas y Pittsburgh, son pocos los seguidores de corazón, que pese a no tener resultados seguimos cada temporada apoyando, comentó Sergio Carrasco, fundador del grupo de aficionados Steelers Family en la capital del país.

Se formó en 2014 y desde entonces se reúne cada semana ondeando sus representativas toallas terribles para ver todos los juegos de la temporada de los Acereros. En promedio asisten a cada reunión de 80 a 100 personas, mientras al último juego de playoffs acudieron 250 amantes de los emparrillados pese a los malos resultados de Pittsburgh.

El equipo que ganó cuatro títulos de liga en la década de 1970 estaba lleno de referentes como Terry Bradshaw, Franco Harris y Lynn Swann, la verdad había muchísimo talento. En los últimos años han faltado íconos, pues desde la salida de Ben Roethlisberger no hay un capitán a la ofensiva que atraiga a la afición, agregó Carrasco.

Pittsburgh conquistó por última vez el Supertazón en 2009, cuando Roethlisberger lanzó el pase del triunfo para vencer a los Cardenales de Arizona y conseguir el séptimo campeonato para la franquicia, la cual no gana un duelo de playoffs desde 2016. Además, desde la salida de Ben en 2022, no cuentan con una estrella que les brinde resultados, mientras los Jefes tienen en sus filas a Mahomes, la principal cara de la NFL.

Además de los logros deportivos, siempre será importante que exista una estrella en cada equipo en la que recaiga la función de conectar simbólica y emocionalmente con las bases de aficionados gracias a cualidades como su carisma, liderazgo y empatía, además de los éxitos dentro del emparrillado. No es imposible, pero sí complicado separar el binomio equipo-jugador simbólico por lo que la presencia de este segundo elemento siempre será fundamental para enganchar con la afición, explicó Jorge Badillo Nieto, estratega y consultor en marketing deportivo.

Russell Wilson, mariscal de campo titular en esta campaña para Pittsburgh, es duda para seguir en el equipo, debido a que fue firmado por una temporada. Mike Tomlin, entrenador en jefe del equipo, comentó en la última conferencia de prensa que se generarán cambios en la franquicia en busca de mejorar el desempeño.

En estos niveles del juego hay justicia futbolística, obtienes lo que mereces, y por eso estamos aquí (eliminados). No nos involucramos de la manera correcta, faltó tocar las fibras adecuadas en el momento adecuado, particularmente en la recta final. Me imagino que habrá algunas cosas que cambien aquí en muchos niveles, pero así es este juego. Estoy abierto a que esto realmente sea sólo el comienzo de algunos de los procesos de toma de decisiones que deben realizarse, declaró Tomlin.