El tenis mexicano tiene una oportunidad inmejorable para salir de la oscuridad donde se estancó durante décadas.

Con Renata Zarazúa protagonizando partidos estelares en las canchas más importantes del mundo, el deporte blanco tricolor reaviva las ilusiones dormidas desde el retiro de jugadoras como Yolanda Ramírez, Rosa María Reyes y Angélica Gavaldón.

Iniciamos 2025 con el pie derecho por lo que ha conseguido Renata. Lo que sigue es continuar participando en torneos grandes y sumar puntos. Es posible mantener los buenos resultados, porque ahora los jugadores tienen muchas más oportunidades que las que tuve yo. Hace 30 años batallábamos más para jugar fuera del país, pero actualmente tienen más puertas abiertas por el apoyo de la iniciativa privada, dijo Gavaldón, quien en 1990 avanzó hasta los cuartos de final del Abierto de Australia.

Zarazúa (70), de 27 años de edad, Giuliana Olmos (40) y Santiago González (45) en la modalidad de dobles, son los jugadores con mejor ranking mundial. Sus logros, añadió la oriunda de Tijuana, deben convertirse en un aliciente para quienes, en unos años, portarán la bandera tricolor.

Es un gran momento para que los jugadores puedan aprovechar la visibilidad que tiene ahora el tenis. Hay torneos en la República Mexicana donde pueden foguearse, porque vienen muchos tenistas de todo el mundo. Los puntos que sumen jugando en casa pueden utilizarlos para entrar a certámenes más grandes, en lo cuales pueden elevar su nivel de juego.

Hace 35 años Gavaldón se convirtió en la sorpresa en el primer Grand Slam de la temporada. Con apenas 16 años de edad, la mexicana superó el torneo de calificación y llegó hasta cuartos de final contra todos los pronósticos, marcando un hecho histórico para el tenis mexicano.

“Me siento orgullosa de lo que está haciendo Renata, porque es una jugadora a la que conozco bien. Trabajé con ella cuando fui entrenadora de la selección en la Copa Federación y una de sus principales virtudes es manejar el estrés y las situaciones de presión, ojalá no tengan que pasar 25 años antes de que otra tricolor pueda competir en torneos de Grand Slam”, añadió Angélica, quien llegó a ocupar el lugar 34 de la clasificación WTA.

Zarazúa es sinónimo de resiliencia, pues los últimos años pasó por varios entrenadores y cayó casi hasta el puesto 400 de la clasificación WTA con los meniscos rotos.

Su garra y entrega en la cancha hacen recordar a jugadoras como Yolanda Ramírez, quien junto con Rosa La Pajarita Reyes obtuvo el título de dobles en Roland Garros y las semifinales en Wimbledon. En el Abierto de Australia llegó hasta semifinales en 1962, siendo el mejor resultado para una tenista tricolor.

La clave para comenzar a salir del bache está en entrenar más, tener carácter y enfrentarse a las mejores. Los tenistas mexicanos antes teníamos mucha garra y poco apoyo; ahora tienen más respaldo pero los resultados son pocos, indicó la ex jugadora hace un par de meses durante la inauguración de un torneo de tenis en Puebla, donde reside.

Ramírez llegó a ser la número seis del mundo. Desde su retiro, pocas fueron las tenistas que destacaron; entre ellas, Elena Subirats y Patricia Montaño, quienes participaron en torneos de Grand Slam sin superar la primera ronda.

Zarazúa juega esta madrugada su partido de segunda ronda en el Abierto de Australia ante Jasmine Paolini, número cuatro del mundo. Independientemente del resultado, la jugadora subirá cinco escalones en el ranking mundial, lo que la acerca al objetivo de meterse en el top 50.

Giuliana Olmos, quien el año pasado llegó a la final de dobles mixtos en Wimbledon con Santiago González, participa en la modalidad de dobles junto con la polaca Magda Linnete. Su partido de primera ronda fue postergado por lluvia.