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Lo más triste que puede pasarle a alguien es perder su niño interior

La cubana Argelia Fregoso platicó con La Jornada

 
Periódico La Jornada
Lunes 13 de enero de 2025, p. 8

Argelia Fragoso es conocida como La voz de oro de Cuba y reconocida por su voz de contralto con la que expresa su condición de partisana del amor.

Lo ha hecho en forma de piezas de bolero, balada y jazz desde hace 44 años. Fragoso nació para cantar. Su historia con esa energía universal llamada música se inició a los pocos años de vida, en el contexto de una familia para la que el amor era importante: la humildad en el amor, comenta a este medio.

Tuvo una infancia muy bonita y desde muy pequeñita la música tocó a mi puerta.

Además del ADN sonoro que corría por sus venas, rodearse de toda la impronta musical de ese tiempo me hizo tomar responsabilidad. A medida que pasaron los años, quise estudiar la música a través de la voz, porque quería expresar esos sentimientos que a mí me habían regalado desde muy pequeña.

Cuenta que como a los seis años escuchaba “programas de radio muy bonitos en lo que ponían canciones cubanas tradicionales. Emitían baladas, boleros, cha-cha-cha, y en mi casa tuve la suerte de que se reunieran muchos músicos. Mis tíos fueron ejecutantes profesionales, mis padres cantaron en su juventud. Por ejemplo, en reuniones familiares veía a Barbarito Diez (autor de la canción Capullito de alhelí) o Rafael Lay, director de la Orquesta Aragón, que participaban en tandas a voces”.

Recuerda que en su adolescencia descubrió lo que se llama el filin, género ubicado en el ámbito de la canción cubana surgido a los finales de los años 40 y está permeado por la emoción. Empezó a escuchar a la gran cantautora Marta Valdés, a César Portillo de La luz, a José Antonio Méndez y empezó a cantarlos siendo aún jovencita. También fue influida, reconoce, por Bill Evans –pianista que para mí es el mejor– Barbara Streisand y Elis Regina... todo eso fue formando su gusto hasta el momento que entró a la escuela de arte, donde, asegura, se le abrió el panorama de los grandes clásicos (Beethoven, Bach, Mozart). Todo eso se juntó en mi mente y en mi corazón, en mi forma de sentir la música, afirma.

Fregoso ha estudiado en los conservatorios Amadeo Roldán y Manuel Saumell, la Escuela Nacional de Música de Cubanacán y en la Superior de Música Franz Liszt de Weimar en la antigua República Democrática Alemana.

Sin embargo, más que la academia, lo que ha hecho que su arte entre en los corazones de quien la escucha es el amor, el motor que impulsa la vida en toda su faceta, y mientras existan los seres humanos, va a existir. Así que quiero seguir reverenciándolo a través de la canción.

No deja de sentir nervios cuando se va a ofrecer un espectáculo. Es siempre un reto y mientras más actúas, te hace ser más responsable. En los primeros instantes de una presentación, estoy igual de nerviosa que cuando tenía ocho o nueve años. Es la preocupación de saber si te van a dar un voto de confianza y, por lo menos, yo siendo adolescente, lo siento igual que como a los 60 que llevo en este en este camino. Desde que empecé a cantar, muy niña, me siento igual de responsable por dar lo mejor, con independencia de que me sienta bien o mal.

–¿Argelia le habla a esa niña interior? –se le pregunta.

–Sí, cómo no. He intentado lo largo de mi vida de no olvidarla, de tenerla conmigo y a veces no para tan bien, porque una niña es transparente pero ingenua; aún así, me da mucho gusto hacerlo porque sé que esa chica no se ha ido y no quisiera que se fuera nunca, porque estoy siempre hablándole, cantándole, escuchando lo que me canta, lo que me dice. No podemos perder a ese infante que llevamos todos dentro. Perderlo es lo más triste que puede sucederle a un ser humano.”

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▲ Fragoso incursiona en el son, la balada, el filin y el bolero.Foto Enrique Rivera

El año pasado el bolero vivió momentos extraordinarios al ser considerado como patrimonio inmaterial de la humanidad, algo que unió más a Cuba y México.

Argelia proclama: Era una necesidad promoverlo porque es un género que nos ha definido mucho tanto a Cuba como a México y a otros países de Latinoamérica. Recuerdo todo lo que se vivió en música a través de compositores cubanos y mexicanos en el cine de su país. El bolero es un género muy amplio porque tiene muchísimas formas de hacerse.

Explica: “Está el bolero romántico, que es más canción. El bolero cha-cha cha, que es más para bailar. El bolero moruno que es un poco la herencia de España… hay tantos caminos dentro de éste, un género muy rico y que además nos identifica tanto. Agradezco como cubana a quienes lo promovieron en México y en mi país.”

Aunque, agrega, la manera de interpretarlo no es la misma que en los años 40. He sido defensora de que cada pueblo, cada país lo cante con sus verdades, con sus conocimientos. No intentar cantar el bolero ni como se hacía en los años 40, sino tratar de hacerlo cada quien con sus raíces, con respeto. Además, no hay que verlo como un género antiguo, y no, al contrario, hay que sentirlo como uno que se renueva, porque el amor se renueva todos los días. Es eterno.

Armada de un gran registro de contralto, cálido y profundo, Argelia compendia una perfecta afinación y una exquisita dicción, lo que hacen de su canto un regalo para los oídos.

Pero nada es fácil. Revela como cuida su riqueza bucal y cuando va a presentarse: Estudio mucho cuando monto una canción. Busco al compositor para saber si es que se ha cantado su obra. Escucho, medito, busco cómo lo puedo expresar. Lo ideal sería vocalizar todos los días, pero sobre todo, a la luz de una actuación necesariamente tienes que hacer el repertorio y repasarlo. En mi caso, que me acompaño con el piano, necesito tiempo para combinar las armonías.

Entonces, agrega es tratar de dormir lo mejor posible. No soy de las personas que se levantan a las 12 del día. Desde que estudiaba, me he acostumbrado a levantarme temprano. Me gusta el silencio de la mañana para trabajar y hacer la música; para componer, o simplemente leer. Trato de tener una vida tranquila, no salir de noche si no es necesario. Como bien, ni mucho, ni poco. Me gusta caminar y creo que es bueno para el cuerpo. Intento no gritar, no hablar alto; al contrario, trato de hablar en una voz muy suave, colocar la voz en el lugar, digamos, de emisión, donde la vibración es conveniente. Con la edad y con el tiempo siempre sabes que bajan un poco los tonos; es normal para cualquiera, pero dentro de eso, que el timbre sea brillante, parejo, que no se pierda fuerza expresiva. Todo eso va unido.

Fragoso es capaz de transitar por el son, la balada, el filin y el bolero. Su versatilidad le ha permitido grabar 21 discos de estudio.

Para su próximo concierto realizará una remembranza de lo que hizo en la XEB. “Igual habrá un par de cosillas que no son del disco. Es un repertorio muy bonito y variado. Presentarlo es importante porque es un poco mostrar a la Argelia de 2024, y sobre todo, esa relación que tengo con el piano.

Aunque he cantado con grupos, con orquestas, esta etapa con el piano para mí ha sido muy reveladora y de mucha enseñanza. Nunca antes había yo cantado tanto con éste, o sea, de manera continua y lo agradezco muchísimo porque me ha hecho trabajar mucho en mí”.