Taipéi, Taiwán., China y Reino Unido reanudaron el sábado las conversaciones económicas y financieras tras una pausa de seis años en una visita de la ministra británica del Tesoro, Rachel Reeves, a Pekín, mientras el gobierno laborista del Reino Unido busca restablecer las tensas relaciones con la segunda economía más grande del mundo y su cuarto socio comercial.

En medio de las críticas del Partido Conservador al viaje de la canciller del Tesoro a China en plena agitación de los mercados financieros en su país, Londres espera que la reanudación de los diálogos ayude a eliminar las barreras que enfrentan las empresas del Reino Unido al buscar exportar o expandirse a China.

Los acuerdos alcanzados con China el sábado tienen un valor de 600 millones de libras (732 millones de dólares) en los próximos cinco años para la economía británica, que incluyen compromisos para profundizar en el comercio de servicios financieros y ampliar las exportaciones agroalimentarias, dijo Reeves, quien el domingo visitará Shanghái.

Exigen a Europa más operaciones en yuanes

Por parte de la delegación británica participó el gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, los directores ejecutivos de la Autoridad Financiera del Reino Unido y del Grupo de la Bolsa de Valores de Londres, así como altos ejecutivos de algunas de las mayores empresas de servicios financieros de Gran Bretaña, entre ellos, los presidentes de grupo de HSBC y Standard Chartered, quienes se reunieron con sus pares chinos, encabezados por el viceprimer ministro, He Lifeng.

Éste instó a las empresas financieras británicas a ampliar los servicios en yuanes y a promover una mayor internacionalización de la moneda china, al tiempo que las invitó a participar en las finanzas verdes y en el sector de las pensiones en China.

Su visita se produce tras el diálogo abierto el año pasado entre el primer ministro Keir Starmer y el presidente Xi Jinping, el primero entre los líderes de ambos países desde 2018.

La amenaza del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer aranceles a todas las importaciones podría complicar el objetivo de Starmer de reconstruir las relaciones con China.

China es el cuarto socio comercial de Reino Unido, con un comercio de casi 113 mil millones de libras (138 mil millones de dólares).