En cada vuelta al autódromo Hermanos Rodríguez, el público se llenaba de júbilo con un sonido que no era estridente ni agresivo, sino sutil y en ocasiones apenas perceptible. A diferencia del rugir de los motores de Fórmula 1, un zumbido agudo generado por los monoplazas eléctricos al superar los 250 kilómetros por hora despertó múltiples emociones a un estimado de más de 40 mil asistentes, quienes acudieron a la décima edición de la Fórmula E en México, donde por primera vez se coronó el piloto británico de Nissan, Oliver Rowland.

El sonido que emite un vehículo de combustible es único, le brinda personalidad al espectáculo. Pero eso no quita que se disfrute una carrera de Fórmula E, pues este serial apuesta por algo distinto, ese chillido de los autos parece ser el destino del automovilismo. ¿Acaso así se escucha el futuro?, comentó Édgar Toledo, aficionado al deporte motor.

Pese a obtener la pole position, el dos veces ganador del E-Prix capitalino, el alemán-mauriciano Pascal Wehrlein (Porsche), no pudo mantener el buen arranque de carrera, donde disputaba la pun-ta con su compañero de equipo Antonio Félix da Costa. Cerca del final, parecía que algunos de los dos bó-lidos conquistaría el circuito después de una intensa batalla, pero Rowland ejecutó con éxito un par de maniobras para ponerse al frente, tras aprovechar dos safety car.

El primero, por el choque entre David Beckmann y el brasileño Lucas di Grassi; y el segundo, por el contacto del Jaguar de Mitch Evans contra el muro. Esto le favoreció al piloto británico, quien conquistó la prueba con tiem-po de 48:20.764 minutos, acompañado en el podio por Da Costa y Wehrlein, quienes fueron segundo y tercero, respectivamente.

“La carrera fue muy buena, creo que con el safety car hubo un elemento de suerte, pero también pienso que hubiese encontrado el modo de ganar. He venido muchas veces a México, siempre quise subir al podio. Estoy muy feliz, el auto y la estrategia fueron increíbles”, comentó Rowland, al finalizar la carrera.

Con este resultado, Da Costa lidera el campeonato de pilotos con 37 puntos, seguido por Rowland con 25 unidades tras dos fechas disputadas. La siguiente carrera se llevará a cabo en Yeda, Arabia Saudita. 

En los alrededores del recinto ubicado en la colonia Magdalena Mixihuca, el ambiente festivo se vio reflejado desde muy temprano. Personas vestidas con playeras de la escudería Red Bull, con la cual el piloto mexicano Sergio Checo Pérez fue subcampeón del mundo en el Gran Circo en 2023, acudieron con nostalgia al recinto, algunos de ellos, molestos con la salida del tapatío del equipo del Toro Rojo, tacharon el logo de las prendas.

Hace falta un piloto mexicano en Fórmula E para que tenga un despunte mayor en el país. No creo que Checo llegue, él debe quedarse en la F1 y seguir peleando con un buen equipo. Vamos a disfrutar del día y ver qué pasa para el próximo Gran Premio, pues compramos boletos esperando ver correr a Checo y ya no estará, explicó un aficionado.

Los últimos dos tripulantes mexicanos en el serial eléctrico fueron Esteban Gutiérrez y Salvador Durán. El primero estuvo con el equipo chino Techeetah en 2017, mientras el segundo se unió a la escudería japonesa Team Aguri en 2015.

Fue una locura lo que le hicieron a Checo, no se merecía eso por lo que le entregó al equipo. Veremos qué le depara el futuro, pero nuestro apoyo siempre lo tendrá, expresó Andrea Saldívar, aficionada al Gran Circo.

Antonio Pérez Garibay, padre del piloto tapatío, entregó el trofeo de segundo lugar al portugués Da Costa y más tarde se pronunció respecto del futuro de su hijo, quien hace unos días comentó que se tomaría los pró-ximos seis meses para estar con la familia y analizar propuestas.

¡Cuidado, que podríamos tener a Checo Pérez por acá! La categoría lleva 11 años, es muy joven, actualmente es la segunda mejor del mundo y en los próximos años será la número uno, expresó.