Son pocos los que en estos tiempos tan complejos en términos económicos pueden jactarse de vivir sólo de las letras, de forma literal. Uno de ellos es el rotulista Isaías Salgado del Pilar, quien, de sus casi 56 años, en este 2025 cumple 40 de ejercer ese noble oficio de pintar carteles, decorar anuncios publicitarios o rotular cualquier superficie.

Es todo un arte y ¡claro que soy un artista!, exclama orgulloso este maestro letrista –como también se conoce a ese oficio– originario del barrio bravo de Tepito, donde ha residido toda su existencia y en el que proliferan decenas, sino es que cientos de establecimientos y puestos comerciales decorados por su puño y letra, como ocurre en otros puntos de la capital mexicana.

La percepción que tiene sobre su trabajo y persona no es falsa ni desmesurada. No sólo porque estudió artes plásticas en la secundaria y dibujo publicitario ya entrado en los 20 años, carrera que por cierto dejó trunca, sino porque desde hace un cuarto de siglo su trabajo ha llegado a museos, galerías y otros espacios de exhibición artística de esta urbe, entre ellos el Museo Franz Mayer, las vitrinas del Sistema de Transporte Colectivo Metro y varias ediciones de la muestra colectiva Sensacional de diseño mexicano, organizada por editorial Trilce.

Además, cuenta, ha sido invitado a colaborar con marcas internacionales de ropa y calzado como Levi’s y Adidas, y ha elaborado murales tanto en su barrio como en zonas tan concurridas y vistosas de la Ciudad de México como Paseo de la Reforma, donde dedicó una obra a la cantante Selena y otra a la serie Cobra Kai, por encargo de una empresa de streaming.

Ahora, este maestro rotulista es uno de los más de 30 participantes, en su mayoría chilangos, en la exposición Ciudad de México, Ciudad de diseño, que se presenta desde el 8 de enero y hasta el 28 del mismo mes en Punto México, de la Secretaría de Turismo federal (Presidente Masaryk 17, Polanco).

Tributo a la gráfica chilanga

Denominada por las autoridades como un tributo al diseño capitalino, en ella se explora la escena de esta metrópoli y se presentan algunos de los exponentes más importantes de esa disciplina, entre marcas emergentes y consolidadas, despachos y creativos independientes destacados en diseño de producto, joyería, decoración, ilustración, fotografía, interiores, arquitectura, alfarería, gráfica y rotulismo.

Nacido en 1969, Isaías Salgado participa en la muestra con cuatro rótulos, uno de grandes dimensiones dentro del recinto y tres más en igual número de exhibidores de cristal al inicio del recorrido. Afirma que, aunque su participación en proyectos como éste es muy esporádica, incluso rara, siempre es para él un gran aliciente ver hasta dónde puede llegar su trabajo.

Se siente una enorme satisfacción, claro; o sea, me enorgullece saber que he exhibido en esos espacios. Aunque sean rótulos, forman parte de una exposición; de alguna manera, la promuevo y participo en ella. Incluso, hasta me piden que firme mis letreros, señala.

Aclara que gran parte de su chamba cotidiana, de la que ha subsistido a lo largo de cuatro décadas laborales, se centra en rotular desde puestos callejeros hasta pequeños y medianos negocios, como taquerías, talleres mecánicos, refaccionarias, torterías, fondas y tiendas de abarrotes, además de anuncios de sonideros, tocadas y bailes. Eso sí, nunca he hecho rótulos de campañas políticas.

Al referir que aprendió el oficio de un tío político que tenía su taller en la popular colonia Peralvillo, este entusiasta rotulista está convencido de que esa disciplina, al igual que la caligrafía, e incluso como parte de ésta, es una expresión con cierto grado estético, y como tal podría ser considerada arte. No sólo por los trazos, las formas y los diseños, dice, sino por el empleo del color y también de la creatividad en gran parte de los casos, así como los efectos y sensaciones que puede producir en los espectadores.

“¡Claro que tiene algo de arte! Bueno, al menos para mí, porque si no cualquiera lo haría y no es algo que ocurra, ¿cierto? Realmente, ya no somos tantos ahora como para decir que no es un arte.

“Hoy día ya hay pocos rotulistas; lo que hace que busquen a unos más y a otros no tanto, es la calidad del trabajo. Me gusta mucho hacer letras, innovar con diseños, jugar con los colores.

Todo es divertido mientras te guste, sostiene Isaías Salgado, quien, de forma paradójica, reconoce que tiene fea letra cuando escribe en papel. Generalmente, es por las prisas, pero, si me aplico, claro que escribo bonito.