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A 40 años de su fundación, no hay servicios

En Tecacalanco viven los olvidados de Xochimilco

Pertenece al pueblo de Santa Cruz Acalpixca, pero la gente de allí considera a los nuevos colonos ajenos a sus tradiciones

Foto
▲ Hombres y mujeres descansan sobre rocas que tienen petroglifos en una imagen tomada en 1894, la cual forma parte de la colección Prehispánico-Fototeca Nacional del INAH. https://mediateca.inah.gob.mx/repositorio/islandora/object/fotografia%3A360867. Actualmente se aprecian algunos relieves, aunque el lugar no es reconocido como sitio arqueológico.Foto Cristina Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Domingo 12 de enero de 2025, p. 25

En terrenos pedregosos y con una pendiente alta, la zona montañosa de Xochimilco comenzó a poblarse hace 40 años para formar lo que hoy es la colonia Tecacalanco, y aunque aparece desde 2005 en el Programa Delegacional de Desarrollo Urbano como zona habitacional rural de baja densidad, pocas familias tienen la escritura de su casa.

Esto sirvió de pretexto a sucesivos gobiernos delegacionales y de la primera alcaldía para ignorar demandas de servicios. Somos los olvidados, dice Joel Balderas Salazar, uno de los fundadores y representante de los colonos en la lucha por regularizar el asentamiento que adoptó el nombre náhuatl del paraje: montón de piedras, traduce, en una porción del cerro Cuahilama.

Para las calles adoptaron la nomenclatura de otros parajes: Xistlanco, Texcalpa y Acolco, así como de fechas conmemorativas: 3 de Mayo, 21 de Marzo y 2 de Noviembre, que fueron antiguas veredas de trazo irregular, ahora con asfalto o concreto hidráulico, pero las hay adoquinadas y de terracería.

Tecacalanco se divide en seis secciones, de la A a la F, tiene 4 mil 180 habitantes, según el censo de 2020, y pertenece al pueblo de Santa Cruz Acalpixca, del que está desvinculado porque hay cierto rechazo de los habitantes originarios que consideran a lo nuevos ajenos a sus tradiciones.

La zona fue tierra de cultivo que se volvió ociosa a la que llegaron habitantes de Santa Cruz y de otras zonas de la ciudad y estados que buscaban un lugar donde vivir.

Balderas rentaba una chocita en el barrio La Planta, del mismo pueblo, hace más de 35 años; por 13 mil pesos compró el lote que ocupa en la calle Xistlanco, daba 100, 200 pesos al mes y me vine cuando terminé de pagar, con esposa y cinco hijos a los que mantuvo con su oficio de hojalatero, que ejerció en un taller de la colonia Obrera al cual se dirigía a las 5 de la mañana; luego se hizo de herramientas para trabajar por su cuenta en casa.

Esta colonia aporta a la ciudad obreros, albañiles, trabajadoras domésticas y taxistas como Andrés Reyes, quien da servicio allí mismo; dice sentirse a gusto con el oficio que ejerce desde que se instaló la base junto a la plaza del pueblo hace 30 años, me gusta andar aquí, es un trabajo digno y no cambiaría manejar por otra cosa.

Historias de los abuelos

Al no haber mercado público, abundan las misceláneas, farmacias, talleres de reparaciones y herrería, negocios de comida preparada y papelerías, como la que Jazmín Mendoza Aguilar tiene en la calle 3 de Mayo. Ella es tercera generación que nació en Tecacalanco.

Su abuelo Juan Aguilar la llevaba a cazar liebres cuando la colonia empezaba, allí andaba mi abuelito con su retrocarga; de su abuela, Rosa Zavala Aguilar, recuerda historias que le contaba como la del nahual, que es común escuchar con sus variantes de otros pobladores”.

La principal demanda de la comunidad es el agua; hay red pública, pero en la parte alta, desde la introducción de tubería hace más de 20 años, jamás ha contado con una gota, por lo que la gente se abastece con tinacos de 600 litros que pagan a 300 pesos y los suben en camionetas.

En la parte baja y media el agua llega ocasionalmente por tandeo, la tubería se introdujo por las faenas de los colonos y de esa obra queda el recuerdo de una tragedia: un vecino, Alquimiro Hernández, cayó en la zanja con el tubo que llevaba a cuestas al romperse la tarima por la que cruzaba. En la calle Aculco, la comunidad lo recuerda con una cruz fechada el 17 de septiembre de 1995.

Otra demanda es tener transporte público, ya que sólo cuentan con taxis tolerados que cobran 20 pesos por subir del centro del pueblo y 7 por bajar.

La colonia limita al norte con las calles Acolco y Panamericana, al sur por Camino Real a San Bartolo, el Panteón Nuevo Tecacalanco y Xistlanco. Al poniente con el sitio arqueológico y centro ceremonial Cuahilama y al oriente por las calles 6 de Enero, Texcalpa y otra zona con vestigios en un área de preservación ecológica que comparte con San Gregorio Atlapulco.

Sebastián Flores Farfán, cronista de Xochimilco, explica la relevancia del cerro Cuahilama –bosque de la anciana–: allí se asentó una de las siete tribus que poblaron el valle de México, los xochimilcas, primeros habitantes de la región, que cultivaron en las laderas con un sistema de terrazas antes de construir las chinampas en el lago.

Alfredo Ortega Melquiades participa hace 24 años en un proyecto para que el sitio sea reconocido como zona arqueológica con el fin de proteger el polígono donde es posible apreciar petrograbados referenciados en un plano a la entrada con representaciones como el símbolo ollin, xonecuilli, ocelotl y la piedra mapa con una descripción de la zona con el lago de Xochimilco, casas prehispánicas, ojos de agua, arroyos y caminos.

Refiere que Tecacalanco está en lo que fue el antiguo asentamiento que se extiende hasta el sitio conocido como Piedra Larga, en los límites con San Bartolomé Xicomulco, Milpa Alta, y aunque en 2022 se derrumbaron tres construcciones, hay unas 15 más dentro de la zona patrimonial.