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“El cometido del AIFA no es ser un mall, sino tener responsabilidad cultural, social y ambiental”

Para el ingeniero militar no debe sorprender que el aeródromo obtuviera el premio de la Unesco // Los mexicanos somos entrones, singulares

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▲ Monumento ubicado en las instalaciones del AIFA que honra a los ingenieros militares que participaron en su construcción. Al fondo se observa la torre de control, de 89 metros de altura, inspirada en un macuahuitl, arma usada por los mexicas semejante a una maza de madera y filos de obsidiana, según explicó el general Gustavo Vallejo en entrevista con este periódico.Foto Germán Canseco
 
Periódico La Jornada
Viernes 10 de enero de 2025, p. 3

Que el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) fuera considerado uno de los seis más bellos del mundo por el Premio Versalles 2024, al recibir en diciembre pasado el galardón en la categoría Selección Mundial en reconocimiento a su diseño arquitectónico y funcional, no debe causar sorpresa, como ocurrió entre algunos sectores de la sociedad y medios de comunicación en México, afirma el responsable de su construcción, el general de división ingeniero constructor de Estado Mayor Gustavo Ricardo Vallejo Suárez.

¿Sorpresa, por qué? ¿A poco no podemos?, sostiene en referencia a que es un proyecto diseñado y ejecutado por mano de obra cien por ciento nacional, encabezada por la ingeniería militar. “Lo que sí nos tomó por sorpresa es que este premio internacional no se convoca; o sea, no pide información ni recibe proyectos de los gobiernos o de los estados; lo hace por su cuenta. El jurado se conoce hasta el día de la premiación.

Entonces, fue una sorpresa vernos competir con aeropuertos encumbrados (de los Emiratos Árabes Unidos, Singapur y Estados Unidos, entre otras naciones) que en esta ocasión ampliaron sus terminales, las modernizaron o actualizaron. El único proyecto nuevo, de cero, fue este aeródromo (el AIFA). Haber sido seleccionado uno de los más bellos del mundo, de entre más de 100 proyectos aeroportuarios que fueron evaluados y más de 2 mil 110 aeropuertos internacionales que hay en el planeta, quiere decir que en México no andamos tan perdidos.

Según el ingeniero militar, esta nueva terminal aérea mexicana, construida en dos años y cinco meses, inaugurada el 21 de marzo de 2022, abarca 3 mil 440 hectáreas, en las cuales se asientan una terminal de pasajeros con capacidad para mover a 20 millones de viajantes al año, en esta primera etapa, así como un complejo de carga para hasta 500 mil toneladas.

Un espacio para el arte

A ello se suma una ciudad militar y un corredor cultural de primer nivel, con tres museos: el del Mamut, el de la Aviación Militar y uno pequeño del ferrocarril. El primero es un tributo al rescate de más de 60 mil restos óseos del Pleistoceno efectuado durante las obras de construcción en esa zona. Allí se recuperaron más de 373 mamuts, 169 camellos, 100 caballos de una especie extinta y muchos individuos casi completos, de los cuales algunos están en exhibición. El Museo de la Aviación Militar, en tanto, compite con los mejores del mundo, mientras en el del Ferrocarril se exhibe el Tren Olivo, que fue comprado en Estados Unidos y era el segundo más lujoso del orbe en 1927, describe.

Elementos identitarios

De acuerdo con el general Vallejo Suárez, el AIFA es un aeropuerto con identidad nacional que rinde homenaje a la riqueza histórica y cultural de México. Tal situación, explica, se hace patente en toda la construcción, como en el inmenso pasillo de las salas de abordar nacionales e internacionales, conformado por una estructura de acero y cristales de un kilómetro 96 metros de extensión que representa los más de 2 millones cuadrados del país mediante la colocación a lo largo de todo ese tramo de pendones de las 32 estados del pacto federal.

Otro elemento es la zona comercial, donde más de 200 locales remiten a un pueblo mágico con sus detalles en cantera, techos y colores. Uno más es la reproducción monumental de la Piedra del Sol o Calendario Azteca que fue colocada justo en la parte central de la terminal para que se convirtiera en referente de la misma, detalla.

Agrega que la torre de control, de 89 metros de altura, está inspirada en un macuahuitl, arma usada por los mexicas semejante a una maza de madera y filos de obsidiana, mientras los 39 baños del complejo aeroportuario rinden tributo a aquello que nos une como mexicanos y que presumimos o que nos identifica con los extranjeros.

Cada uno, describe el ingeniero militar, cuenta con una temática específica que alude a las culturas antiguas, como la azteca, la maya o la olmeca; las grandes gestas nacionales, como la Independencia y la Revolución; los íconos del cine mexicano, el tequila, las artesanías y la lucha libre, por mencionar algunas.

La terminal de carga no está desprovista de valores identitarios y estéticos, asegura, toda vez que se aprovechó que allí se encuentra el casco de la hacienda de Santa Lucía, monumento histórico construido en 1576, para dotar a toda esa área de evocaciones del pasado colonial mexicano.

La conjunción de todos esos elementos, en opinión de Vallejo Suárez, fue lo que tomó en cuenta el citado premio internacional de arquitectura y diseño para galardonar al AIFA y considerarlo un complejo muy peculiar: “Y lo es, porque desde que llegamos a la premiación (el 2 de diciembre en París), no estaban presentes gobiernos ni mucho menos fuerzas armadas, sino grandes y prestigiosos despachos de diseño y construcción.

“El nuestro fue un proyecto totalmente atípico, pero así somos los mexicanos: entrones, trabajadores, singulares, y lo que se reconoció, entre otras cosas, fue que este nuevo aeropuerto, como la mayor parte de los del mundo, ya no es mera infraestructura de transporte aéreo convertida en un gigantesco mall, sino que ahora hay el cometido de convertir esa infraestructura en el portal de entrada a los países y tener una responsabilidad cultural, social y ambiental.”