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Diciembre: despido masivo // Más de 405 mil trabajadores // Subcontratación a paso veloz

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ás importante que una reforma a la ley en sí es que se cumpla una vez aprobada por el Congreso, porque de nada sirve que en la Cámara de Diputados y el Senado se apruebe una u otra si el delito que pretendía combatirse y erradicarse en los hechos goza de cabal salud o, peor aún, se intensifica. Tal es el caso de la subcontratación laboral ( outsourcing, que Felipe Calderón legalizó y entregó como regalo a la patronal poco antes de cerrar su sexenio) y las lesivas prácticas asociadas a ella, en un ejercicio a todas luces repugnante en donde sólo hay un gran ganador (el patrón) y un gran perdedor (el trabajador).

La Jornada (Ángeles Cruz) documentó un caso que ejemplifica lo antes señalado: “en diciembre de 2024 se ‘perdieron’ 405 mil 259 puestos de trabajo formal en el país. Es la mayor cifra para un duodécimo mes del año en una década, de acuerdo con el reporte mensual del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) sobre el comportamiento del empleo. Este es un fenómeno que se repite cada año y ya ha sido señalado por las autoridades por la afectación que provoca a las personas que dejan de percibir un ingreso, así como prestaciones sociales y económicas. De las personas que ese mes perdieron su trabajo, casi 257 mil ocupaban plazas permanentes y más de 148 mil, eventuales”.

Esta práctica infame llevó a dos personajes de la política nacional (Napoleón Gómez Urrutia en 2019 y Andrés Manuel López Obrador en 2020) a presentar sendas iniciativas de reforma para declarar ilegal la subcontratación, y aunque al final llegaron a buen puerto (fueron aprobadas por el Congreso), un nefasto cabildero del gran capital, Ricardo Monreal, disfrazado entonces de senador y ahora de diputado, hizo hasta lo impensable para mantenerlas congeladas y así evitar su análisis y aval por parte del Legislativo, con el cínico pretexto de que era necesario mantener el compromiso amigable entre empresarios y gobierno federal; proceder en sentido contrario sería incumplir los acuerdos con los empresarios, una falta de respeto, tomarles el pelo, y yo empeñé mi palabra.

Finalmente, ambas cámaras del Legislativo palomearon las iniciativas y se convirtieron en ley, pero parece que ello no se llevó a la práctica, y lo que ha documentado La Jornada da puntual cuenta de ello. Decía López Obrador que el outsourcing es uno de los frutos prohibidos del neoliberalismo por lo que era necesario erradicarlo, al tiempo que denunciaba el despido masivo de personal cada mes de diciembre con el fin de que los patrones evadieran el pago de prestaciones como aguinaldo y sus obligaciones con IMSS e Infonavit.

Sin embargo, el fruto prohibido es cada vez más grande, pues en los hechos lo que ha sucedido desde tal aprobación va en sentido contrario de lo que avaló el Congreso, pues el número de despidos en diciembre ha crecido a paso veloz desde que, por ley, se erradicó la subcontratación, de tal suerte que la primera pregunta que surge es ¿y dónde está la Secretaría del Trabajo?, la cual, desde entonces, ha contado con dos titulares (Luisa María Alcalde y Marath Baruch).

De acuerdo con la información oficial de la propia Secretaría del Trabajo, con base en la estadística del IMSS, en diciembre de 2019 (es decir, antes de que procedieran las citadas iniciativas) de un plumazo se cancelaron 382 mil plazas laborales; una vez declarado ilegal el outsourcing, en el último mes de 2020 el número de despidos se redujo a 278 mil. Sin embargo, a partir de 2021 ese número comenzó a incrementarse sostenidamente: en tal año, los despedidos en diciembre sumaron 313 mil; en 2022, 346 mil; en 2023, 385 mil y en 2024 más de 405 mil, la mayor cifra para un duodécimo mes en una década, como lo subraya La Jornada.

Por aquellos ayeres del análisis y aprobación de las citadas iniciativas, un senador morenista advertía: le vamos a corregir lo plana a aquellos legisladores neoliberales que en 2012 le partieron la madre a los trabajadores, pero en los hechos todo apunta a que no ha sido así, y un ejemplo de ellos es que durante 2014 el IMSS registró (hasta noviembre) poco más de 510 mil puestos de trabajo, pero en diciembre se perdieron 405 mil, en números cerrados. Y, como siempre, los vigilantes del cumplimiento de la ley se mantienen en el éter.

Las rebanadas del pastel

Agachón, blandengue y entreguista, Justin Trudeau mordió el polvo. Anuncia su renuncia como primer ministro de Canadá y al liderazgo del Partido Liberal, de tal suerte que podrá darse vuelo condecorando a nazis ucranios –como Yaroslav Hunka– en el parlamento de su país y seguir besando los zapatos a Trump.

X: @cafevega