Tapachula, Chis., La primera caravana migrante del año, que salió de la frontera sur, avanzó ayer por la costa de Chiapas entre los municipios de Huixtla hacia Escuintla, su tercer sitio de arribo en su intento por llegar al centro y norte de México.

Los extranjeros, en su mayoría de Venezuela y de otros países de Centro y Sudamérica, retomaron su andar cubriéndose con bolsas de plástico luego de una pertinaz lluvia. Decidieron caminar en la noche y madrugada para evitar el calor extenuante de la región, con temperaturas superiores a 30 grados.

La ecuatoriana Jennifer Estrada asegura que apenas en dos días de largas caminatas ya va muy cansada y con los pies lesionados, por lo que pidió a las autoridades sensibilidad para permitirles avanzar.

La mujer de 36 años contó que huyó de su país por las extorsiones del crimen organizado que le pedían una cuota de la venta de artículos para el hogar, que era el sustento de ella, su hijo y sus padres.

Tomás Ortiz, también de Ecuador, contó que intentarán llegar a Estados Unidos pese a las amenazas del presidente electo Donald Trump, quien asumirá el cargo el 20 de enero, porque no es Dios.

Esta caravana es el décimo éxodo desde octubre pasado cuando inició la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum, y el séptimo contingente desde el triunfo de Trump en los comicios del pasado 5 de noviembre en Estados Unidos.

A su llegada a Escuintla los migrantes habrán caminado 75 kilómetros en tres días, la siguiente parada será el municipio de Mapastepec, otro esfuerzo de 34 kilómetros.

En diciembre dos caravanas intentaron avanzar al centro y norte de México, pero se disolvieron tras la desaparición de uno de sus integrantes y por la intervención del Instituto Nacional de Migración que ofreció llevarlos a Tuxtla Gutiérrez, aunque otros fueron devueltos a Tapachula, denunciaron migrantes.