Damasco. La ministra de Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, y su homólogo francés, Jean-Noël Barrot, reconocieron ayer que son plenamente conscientes de la naturaleza yihadista de las nuevas autoridades sirias de Hayat Tahrir al Sham (HTS), pero admitieron que ahora mismo impera la necesidad de seguridad de la población del país, antes de avisar que Berlín, París y Bruselas juzgarán a la organización por sus ac-tos venideros.

Sabemos de dónde viene ideológicamente el HTS, lo que ha hecho en el pasado, explicó Baerbock tras protagonizar, junto a Barrot (ambos en representación de la Unión Europea) un encuentro con el líder yihadista, Ahmed al-Shara (antes conocido como Abú Mohamed al-Jolani).

Barrot y Baerbock también visitaron la cárcel de Saidnaya, símbolo de la represión de Bashar al Asad, que gobernó Siria durante más de dos décadas. Los ministros, acompañados por miembros de la Defensa Civil siria, visitaron celdas y calabozos subterráneos donde las condiciones de detención eran inhumanas y muchos presos fallecieron por tortura.

En tanto, se recrudecieron los enfrentamientos entre las milicias kurdas de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) y los opositores sirios cercanos a Turquía en el distrito de Manbij, en el norte del territorio, informó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.

Fuentes anónimas indicaron que al menos 28 miembros de las milicias pro turcas murieron durante los combates recientes, mientras varias localidades fueron objeto de ataques por parte del ejército turco, que llevó a cabo una embestida a gran escala contra ciudades del sur y el este de Manbij.

Sin embargo, las FDS asegu-raron que esta operación fue repelida con éxito; como consecuencia de estos embates, de acuerdo a lo indicado por las mismas fuentes, una presa resul-tó dañada.

Por otra parte, el nuevo gobierno sirio enfrenta una reacción violenta después de anunciar cambios en la currícula escolar, que busca una perspectiva pro musulmana radical, de acuerdo con información de CNN.

Los cambios de lo que algunos críticos dicen es un sesgo islamita a la educación, incluyen reformar frases como camino de bondad a camino islámico y aquellos que han sido condenados y se han extraviado a judíos y cristianos, detalló el medio estadunidense.