Nueva York. El juez de Nueva York que preside el caso por encubrimiento de pagos a una ex actriz porno contra el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, fijó ayer la lectura de sentencia para el 10 de enero, 10 días antes de su investidura.

El magistrado de Manhattan, Juan Merchan, rechazó varias mociones de los abogados de Trump que buscaban la anulación de su condena, sin embargo, dijo que no se inclina por imponer una pena de cárcel contra el magnate. Al no encontrar ningún impedimento legal para dictar sentencia y reconociendo que la inmunidad presidencial probablemente se aplique una vez que el acusado asuma su cargo, corresponde a esta Corte fijar la imposición de la sentencia antes del 20 de enero de 2025, aseguró el juez.

Merchan señaló en una decisión escrita que sentenciaría al ex y futuro presidente, a lo que se conoce como descargo incondicional, en el que se mantiene una declaración de culpabilidad, pero el proceso se cierra sin tiempo en prisión, multa o libertad condicional. Trump puede comparecer en forma virtual para la sentencia, si así lo decide.

El portavoz de Trump, Steven Cheung, consideró que no debería haber sentencia. Este caso ilegal nunca debería haber sido presentado, y la Constitución exige que sea desestimado inmediatamente.

En la segunda moción de Trump para desestimar el caso presentada desde su condena en mayo, sus abogados argumentaron que tener el caso pendiendo sobre él durante su presidencia mermaría su capacidad para gobernar.

La primera moción de Trump –que argumentaba que el caso iba en contra de una sentencia de la Corte Suprema sobre la inmunidad presidencial– no tuvo éxito.

Inicialmente estaba previsto que Trump fuera sentenciado el 26 de noviembre, pero Merchan aplazó la decisión indefinidamente después de que Trump derrotó a Kamala Harris en las elecciones del 5 de noviembre.

Trump atacó a Merchan en Truth Social y escribió que sería el fin de la presidencia tal como la conocemos si se permite que se mantenga la decisión del juez.

Repitió sus afirmaciones de que el caso era un ataque político ilegítimo y nada más que una farsa amañada perpetrada por el fiscal de distrito de Manhattan, Alvin Bragg, un demócrata, sin indicar cuáles serán sus próximos pasos legales.

En otro tema, la elección del presidente de la Cámara de Representantes estadunidense puso a prueba la unidad de los republicanos en torno a la agenda de Trump y mostró que en el Capitolio hay un grupo de parlamentarios dispuestos a desafiarlo.

Mike Johnson, cercano a Trump, fue relegido presidente de la Cámara, el máximo cargo legislativo, tras perder la primera votación del 119º Congreso.

Inicialmente pareció que John­son no tendría la mayoría que necesitaba para conservar su puesto en una votación que debía durar una hora, pero dos republicanos cambiaron sus votos para apoyarlo después de una negociación. Finalmente, el legislador ganó la relección con 218 sufragios, el número mínimo necesario, ya que los republicanos controlan la Cámara por una ajustada mayoría de 219 a 215 representantes.

Johnson prometió aplicar las políticas de Trump, empezando por defender las fronteras de Estados Unidos; agregó que en coordinación con Trump deportaremos a extranjeros ilegales peligrosos y criminales, y finalmente terminaremos de construir el muro fronterizo con México, en un discurso en el que aseguró que los republicanos devolverán el poder al pueblo.