El pionero del arte sonoro en México mostró siete piezas en el Carrillo Gil // Con una obra octofónica creó un entorno inmersivo
Viernes 3 de enero de 2025, p. 5
Pionero del arte sonoro en México, Antonio Russek se considera más un científico que un músico que toca en bares
, ya que lo suyo se caracteriza por estar en una experimentación permanente
. Desde las 8 de la mañana, este especialista en el campo de la eletroacústica se mete en su estudio a experimentar, probar materiales y crear programas con el objetivo de mover el sonido en el aire
.
Es una búsqueda que no tiene fin, aunque por otro lado se trata de utilizar un lenguaje totalmente abstracto y elaborar un discurso a partir de ruidos, aunque no dentro de la tendencia juvenil llamada noise
.
Él trabaja con sonidos muy bien organizados y elaborados, para que de veras exista una diversidad tan interesante que uno se obliga a poner atención. No es sólo hacer ruidos al azar
, explicó en entrevista con La Jornada.
Con una carrera de medio siglo a cuestas, Russek (Torreón, 1954) ofreció una selección de siete piezas creadas entre 2004 y 2022, en el Museo de Arte Carrillo Gil. Como parte del programa Museaum Sonorum, el compositor presentó una obra octofónica creada con una ingeniería sonora que incluye ocho canales de audio. Las ocho bocinas fueron distribuidas en círculo para que los asistentes, colocados en medio, fueran rodeados por el sonido.
El grueso de mi trabajo son obras multifónicas; es decir, computarizando sistemas de canales con el propósito de crear un entorno inmersivo para el escucha. La mayor parte de mi obra es de ocho canales en adelante
, puntualiza.
Radicado en Cuernavaca desde hace más de tres décadas, Russek no es muy dado a dar conciertos, menos en la Ciudad de México, donde mantuvo un estudio por 20 años. No faltó quien dijera que éste era un acto histórico
.
“Empecé a trabajar con cinta magnética, cortando y pegando, de modo que me ha tocado transitar por todas las tecnologías que se han presentado a lo largo de 50 años. Ha sido un viaje mucho muy interesante y entrañable, porque las tecnologías han determinado, de manera muy clara, la forma en que se compone música electrónica.
“Somos dependientes de la tecnología. El resultado de las etapas de la obra es un poco también el reflejo de cómo estas tecnologías han ido cambiando. Mis obras más tempranas fueron hechas al grabar los materiales en cinta magnética. Editaba al trabajar de manera manual la cinta. Eran los recursos disponibles en este momento.
“No había computadoras, no habíamos llegado a la era digital en que estamos ahora. Todo era equipo analógico y procedimientos muchos más rudimentarios. Tenía que hacer gala de ingenio para modificar un sonido. Componer con ruidos, pues resultaba aún más complicado por los recursos tan rupestres que había entonces.
Todo ha cambiado, y esto se refleja en la obra, en la manera en que están construidas las piezas. Uno se va dando cuenta de cómo hubo también cierta evolución en los materiales mismos que configuran las obras, en cómo se obtienen, se tratan, se mezclan, se editan. Todo esto ha tenido un impacto definitivo en el resultado de las obras
, señala Russek.
Los detonantes de su creatividad
Respecto de sus intereses al componer, el músico asegura que cualquier producto artístico puede tener detonantes muy diversos, desde experiencias personales, buenas o malas, aunque también algún principio científico o la curiosidad de experimentar con algunos materiales. En mi catálogo de obras hay de todo
.
Ejemplifica: “Hoy sabemos que todos los datos climatológicos o astronómicos que se registran en realidad son flujos de números que se pueden convertir en señales de control, en sonidos, propiamente. Otra de las técnicas que he utilizado en varias de las composiciones es la sonificación, que es la conversión de una imagen en sonido.
“Con un programa específico se hace un barrido de la imagen y se analizan los grados de contraste, la paleta de color; todo esto se convierte en sonidos creados sintéticamente. Con este recurso uno puede convertir una imagen cualquiera, un cuadro, una fotografía, un trazo simple, en un fragmento de sonido.
Recientemente, han aparecido en el mercado aplicaciones para computadora que permiten hacer una traducción más directa, sofisticada y compleja, porque los sonidos que emplean los astrónomos para estudiar estos fenómenos son muy simples, como pitidos, ruidos que han aprendido a interpretar para estudiar las radiaciones electromagnéticas. Estos otros programas que ya son un producto más reciente nos permiten hacer una labor de síntesis más compleja, sonidos más interesantes, una tímbrica más rica.
Actualmente, Russek está en asociación con el sello Otono, que dirige Luis Lérida, un productor joven que se interesó por mi trabajo. Próximamente van a publicar un par de discos de vinil. No soy del culto a las tecnologías viejas; para mí, aquello fue superado. Sin embargo, hay ciclos que regresan, modas que vuelven. Me puse, ahora sí que flojito y cooperando, con toda la disposición, porque ellos, al ser más jóvenes, conocen bien el mercado. Saben lo que hacen
.
Hace unos días, el Museo Morelense de Arte Contemporáneo Juan Soriano, en Cuernavaca, y un conjunto de ex alumnos de Russek, de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, brindaron a Antonio Russek un homenaje al autor por su trayectoria.