Con 30 años de edad y más de dos décadas portando el uniforme tricolor, María José Mata se ha consolidado como la mexicana más rápida en la piscina. La sirena de San Luis Potosí, quien compite desde los 10 años, no sólo es la nadadora mejor ubicada en el mundo, sino que representa la resiliencia en una disciplina con escaso apoyo gubernamental.

La seleccionada, quien compite en las pruebas de 100 y 200 mariposa, ha remado a contracorriente la mayor parte de su carrera y aun así, se muestra optimista respecto al futuro que espera a su deporte.

Las cosas mejorarán para la natación de cara al ciclo que culminará en Los Ángeles 2028. Muchas cosas han cambiado a nivel administrativo y en lo deportivo se lograron metas. Hay mucho talento en México capaz de lograr grandes cosas si tienen el respaldo adecuado, comentó.

Mata Cocco no sólo ha tenido que superar el escaso apoyo de las autoridades deportivas, sino también el síndrome de ovario poliquístico que por algunos años la hizo esforzarse al doble en la alberca. En 2023, luego de que la Conade le retiró su beca, vivió uno de los momentos más complicados de su carrera, pero respondió con ocho medallas centroamericanas (tres de oro, cuatro de plata y un bronce).

He pasado por muchos momentos complicados e incluso tuve que pagarme algunas competencias y campamentos, pero gracias a Dios siempre tuve a personas que me apoyaron, creyeron y lucharon por mí pese a todo.

Además de sus preseas centroamericanas, la deportista cosechó plata y bronce en los Juegos Panamericanos de Santiago; y aunque no logró la marca para asistir a los Olímpicos de París, recientemente obtuvo el lugar 11 en los 200 metros mariposa del Mundial en Doha.

No todo es color de rosa en el deporte, a veces la vida te da golpes y debes sobreponerte si quieres mantenerte entre los mejores. Una de mis cualidades es que siempre me levanto y peleo las veces que sean necesarias, por eso he conseguido récords mexicanos y la semifinal mundial.

La metamorfosis de la natación mexicana no tendrá que gestarse sólo en la alberca, sino también en lo administrativo con la conformación de una nueva federación.

Creo que vamos por buen camino, uno que va a priorizar a los deportistas y no a los dirigentes. Es buen tiempo para cambiar el rumbo de los deportes acuáticos buscando siempre el bienestar para todos.