Tras una clara derrota de la alianza que se conformó en 2024 entre los Partidos Acción Nacional (PAN), el Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD) –este último ya extinto–, para el año entrante existe la probabilidad de que Morena y sus aliados incrementen su simpatía entre la población, y no así de que los partidos de oposición lo consigan, sostuvo Karolina Gilas, doctora en ciencias sociales y docente del Centro de Estudios Políticos de la UNAM.

Para la especialista en temas políticos y quien analizó a detalle el pasado proceso electoral, el nocaut que recibió el principal bloque opositor en la contienda presidencial se debe, en parte, a que no logró crear un proyecto alternativo de nación, ni por separado, ni en coalición.

Además de que hicieron una rara alianza, señaló que el gran problema de la oposición hasta el momento, y que creo que sigue muy presente, es que no hay un proyecto. Aunque hubo voces en contra de la propuesta morenista, ellos no ofrecieron una opción distinta.

En la mayor parte de la sociedad mexicana, incluso para quienes no votan por Morena, “la simple ecuación de que ‘lo de hoy no está bien, regresemos al ayer’, tampoco es una solución como una propuesta atractiva”. Lo único que unió a los tres partidos fue su rechazo a Morena, pero sin lograr emocionar a la gente. Morena ofrece una propuesta mucho más clara, más visible y vinculada con lo emocional.

Aseveró que se percibe que, dentro de estas fuerzas políticas, siguen perdidos, siguen sin entender qué les pasó. Una muestra de ello, consideró, son las renovaciones internas que tuvieron este año tanto el tricolor como el blanquiazul en sus órganos directivos, en las que repitieron los mismos liderazgos.

El PAN hace una renovación que no es tal. Renovarse no es solamente poner a alguien un poco más joven que el liderazgo anterior. Lo que espera la sociedad, a partir de entender cuáles fueron las razones de su derrota de esa magnitud, es otro proyecto, algo distinto, y en ese sentido, cambios cosméticos no son suficientes, explicó.

En este escenario, se perfila que diversas agrupaciones políticas solicitarán en 2025 su registro como partido político nacional. Pero se trata, nuevamente, de los mismos grupos que quedaron sin partido, por lo que tampoco se advierte un cambio, subrayó la académica.

Recordó que una de las que buscan crear una nueva opción es Xóchitl Gálvez, candidata presidencial que perdió en junio. También se encuentra Eduardo Verástegui, a quien definió como representante de la ultraderecha mexicana.

De igual forma, se encuentra el Frente Cívico Nacional, encabezado por ex perredistas como Guadalupe Acosta Naranjo. Con todo respeto para los actores políticos, son las mismas caras. Creo que la percepción es ésa, son personas que ya han estado ahí pero con diferentes colores o diferentes momentos de sus trayectorias, y simplemente cambiar de emblemas, de logo o de color, no es la receta para hacer una oposición atractiva para la gente, apuntó.

“Morena sigue estando al alza; no podríamos pensar que necesariamente en 2024 llegaron al tope de su capacidad o popularidad electoral. Posiblemente van a tener la capacidad de seguir ganando y, por ello, quienes buscan una carrera política, irán hacia allá por percibir una oportunidad muy realista de alcanzar un escaño o cargo público.

Al menos a corto o mediano plazos, se ve complicado que surja una fuerza que sea capaz de competir electoralmente, concluyó.

Sobre cómo prevé la evolución que pueda tener Movimiento Ciudadano, indicó que dependerá del balance de fuerzas que puedan alcanzar sus dos grandes grupos internos, es decir, el grupos de Jalisco y Nuevo León, que representan dos alas muy distintas en su visión sobre qué hacer ante Morena.