Salir de casa para satisfacer un antojo ya no resulta tan asequible. Los lugares de comida que más frecuentan los mexicanos, incluidas taquerías, torterías, fondas y restaurantes, han aumentado sus precios a lo largo de todo el año.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), las loncherías, fondas, torterías y taquerías estuvieron hasta la primera quincena de diciembre entre los establecimientos cuyas alzas más incidieron en la inflación general cada mes.

El Inegi estimó que la inflación de las loncherías, fondas, torterías y taquerías se volvió a acelerar en la primera mitad de diciembre, al ubicarse en 7.95 por ciento anual, después del dato previo de 7.88 por ciento en la segunda quincena de noviembre.

Así, los productos que venden estos negocios se han mantenido con una inflación superior a 7 por ciento y llegaron a 8 por ciento al inicio de 2024.

El Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios de la Universidad Nacional Autónoma de México explicó en un análisis que los productos con mayor incidencia en los precios para el consumidor son: huevo, pollo, carnes rojas, leche pasteurizada y fresca, gas doméstico LP, frutas y verduras, entre otros, lo cual se refleja en los precios en loncherías, fondas, torterías y taquerías.

Según datos del Inegi, el huevo tuvo en los primeros 15 días de diciembre de 5.66 por ciento una inflación anual; el pollo, de 7.51 por ciento; carne de cerdo, 8.41; chuleta de cerdo, 9.09; pierna, 12.16; carne de res, 5.34; bistec de res, 5.04; molida de res, 5.44; tocino, 7.14, y el gas doméstico LP, 15.75 por ciento anual en la primera quincena de diciembre.

La inflación general anual se ubica en 4.55 por ciento; es decir, el encarecimiento de todos los productos de los negocios de alimentos está por arriba del INPC.

Efecto dominó

El incremento de precios al consumidor afecta significativamente a restaurantes y otros locales de comida debido a varios factores. Primero, el alza de los costos de los ingredientes básicos se traslada directamente a los precios finales de los platillos ofrecidos.

Además, los costos operativos de estos establecimientos también se ven afectados por la inflación. Esto incluye desde el pago de servicios como electricidad y agua hasta las rentas.

Los establecimientos de comida pueden verse obligados a ajustar sus precios con mayor frecuencia para mantener su rentabilidad; de ahí que la afluencia de clientes puede reducirse.