Luego de que un panel de solución de controversias resolvió que las medidas interpuestas por México para restringir la entrada de maíz transgénico al país carecían de sustento científico, Gerardo Noriega Altamirano, investigador del Departamento de Agronomía de la Universidad Autónoma Chapingo, aseguró que el gobierno federal debe desarrollar un programa emergente de producción de alimentos para evitar que las 59 razas nativas se contaminen y se puedan desarrollar nuevos productos.

De trazar el gobierno una línea nacional en materia de la soberanía y la seguridad alimentaria, Noriega Altamirano sustentó en entrevista con La Jornada que no solamente vamos a proteger el valor cultural, biológico, gastronómico y económico del maíz, sino toda esta biodiversidad será el banco para que en el futuro los fitomejoradores puedan generar maíces con otras propiedades y las de otras especies.

Con la creación del programa, argumentó el especialista, los recursos se destinarían para la atención al campo, mitigar impactos de la crisis climática, desarrollar insumos de alta especialidad para la nutrición vegetal, orientar las estrategias para la producir distintos tipos de maíces o de otros granos básicos, entre otros aspectos, para mejorar la alimentación de alta calidad.

Innovación científica

Esto daría paso, indicó, a la creación de un sistema alimentario propio, que conjuntaría esfuerzos de distintos sectores de investigación para restaurar el patrimonio del suelo, aprovechar la diversidad genética de cultivos, así como para desarrollar la innovación científica-tecnológica y la asistencia técnica bajo una visión agroecológica y orgánica de alto rendimiento.

Gerardo Noriega lamentó que el ciclo agrícola 2024 del maíz presenta una disminución en la producción nacional, ya que se estima cerrará en 25.1 millones de toneladas, y compras de 24 millones de toneladas en Estados Unidos.

Aseguró el especialista que es un gran riesgo importarlo si no hay una regulación estricta por parte de las autoridades, porque no va a faltar algún productor que agarre un poquito y lo siembre, entonces la contaminación de nuestras razas nativas sería terrible, al no haber un factor científico que determine si provoca daños a las genéticas de origen, a la salud y a la producción del campo.

Actualmente no hay registro de cultivos

Eraclio Rodríguez, líder de El Barzón en Cuauhtémoc, Chihuahua, aseguró a La Jornada que no han registrado cultivos de maíz transgénico en el estado, luego de que hace varios años hubo denuncias de que en sexenios anteriores crearon programas científicos para reducirlo o que algunas comunidades menonitas en la región lo cultivaran.

Alertó que el tema del maíz transgénico es secundario ante las necesidades prioritarias que requiere el campo y sus productores, por lo que urgió a las autoridades a tomar cartas en el asunto.