La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) defendió de nueva cuenta la participación de las fuerzas armadas en tareas de seguridad pública, ya que aseguró que lejos de implicar una militarización o una vulneración constante de los derechos humanos, responde a un esfuerzo por enfrentar los retos de seguridad del país mediante un modelo de cooperación institucional.

En un informe en la materia, afirmó que hay un “manejo arbitrario de la idea de militarización, que está descontextualizado de la realidad nacional y constituye una crítica sin fundamento a la política integral de seguridad pública y pacificación del país puesta en marcha desde hace seis años.

Por el contrario, sostuvo que con base en su análisis, es evidente que la estrategia ha sido una ruptura con la manera como se condujo la estrategia de seguridad de los gobiernos anteriores, que sólo expuso a la población a excesos y a las propias fuerzas armadas a verse involucradas en eventos desafortunados.

La postura de la CNDH va contracorriente con lo que han recomendado organismos internacionales, como la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, que se inclinan por el retiro de la milicia de las operaciones de seguridad pública.

En el informe de la comisión, que encabeza Rosario Piedra Ibarra, se resalta que se ha registrado una baja notable en el número de quejas interpuestas ante este organismo en contra del Ejército, en relación con las administraciones pasadas.

Detalló que la Secretaría de la Defensa Nacional es la institución que históricamente, en las administraciones revisadas, ha presentado mayor número de quejas con 7 mil 808 en el periodo del 1º de noviembre de 2006 al 30 de noviembre de 2012; mientras en la actual se registraron 2 mil 184, lo que representa una reducción estimada de 72 por ciento.