Madrid. Rodrigo Rato, ex director del Fondo Monetario Internacional (FMI) y quien fuera vicepresidente económico del gobierno del ex presidente español José María Aznar, fue condenado a una pena de cuatro años y nueve meses de cárcel y a pagar una multa de 2 millones 100 mil euros tras haber sido declarado culpable de tres delitos fiscales, uno de blanqueo de capitales y otro más de corrupción, que derivó en el incremento ilícito de su patrimonio.

La sentencia, de más de mil páginas, también desveló la impunidad con la que Rato operaba en paraísos fiscales gracias en parte a su condición de alto directivo de entes financieros internacionales. La sentencia marca un hito histórico contra una de las figuras más importantes de la derecha española después de la transición a la democracia en España.

Rodrigo Rato fue sin duda uno de los hombres más poderosos de España en las postrimerías del siglo XX y los inicios del XXI, pero también fue de las grandes autoridades en materia financiera en el mundo entre 2004 y 2007, cuando dirigió el FMI. A ese cargo llegó gracias a su trayectoria política, que desarrolló en el gobierno de Aznar, pues fue su vicepresidente económico entre 1996 y 2004, cuando desarrolló las políticas ultraliberales y de liberalización de los sectores estratégicos de carácter público, que culminaron con la venta de paraestatales de la telefonía, el sector energético y las telecomunicaciones.

Después dio el salto al FMI y tras cuatro años en el cargo y de forma inesperada presentó su dimisión para asumir la dirección de Bankia, entidad financiera española formada por varias cajas de ahorro con participación pública que tuvieron que ser rescatadas en la crisis financiera de 2011.

La mayor parte de los delitos que se imputaron a Rato y por los que fue condenado son de su etapa al frente del FMI y de su dirección en Bankia, en lo que ha sido uno de los procesos judiciales más complejos en delitos financieros. De ahí que la sentencia tenga más de mil 200 páginas, en las que la jueza Ángela Acevedo destacó las dilaciones indebidas a lo largo del proceso y que gracias a ello se han rebajado sustancialmente las penas impuestas, que fueron provocadas por el equipo de abogados que defendieron los intereses de Rato.

Entramado

En la sentencia también se advirtió que Rato operaba desde un entramado en paraísos fiscales cuando era responsable de Hacienda en España mediante una red de sociedades fantasmas que estaban registradas en Panamá, Suiza, Bahamas y Reino Unido. En cualquier caso, la justicia consideró probada su participación en tres delitos fiscales en 2006, así como en 2013 y 2014 al no haberse acogido debidamente a la amnistía fiscal de 2012.

También se consideró probado que blanqueó capitales en 2006 e incurrió, cuando fue presidente de Bankia, en el delito de corrupción entre particulares al beneficiarse de comisiones por la adjudicación de contratos desde el banco a dos agencias de publicidad.

El propio Rato recogió la sentencia, que fue entregada en mano en la Audiencia Provincial de Madrid, y él mismo aseguró, tras conocer el fallo, que defenderé mis derechos en los correspondientes recursos ante un fallo que me parece injusto y falto de base jurídica.

Las penas son muy inferiores a las que solicitó la Fiscalía Anticorrupción española, que instó a los jueces a unas penas de más de 70 años de cárcel por haber defraudado al fisco presuntamente con 8 millones 500 mil euros, al asegurar además que Rato, lejos de haber regularizado ni administrativa ni, menos aún, penalmente (su fortuna), utilizó en realidad la declaración tributaria especial como vehículo de blanqueamiento o limpieza de las ilícitas cuotas defraudadas que arrastraba desde hacía años por su patrimonio exterior.