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Céline Laguarde, fotógrafa pionera y actual

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ace un siglo, la francesa Céline Laguarde (1873-1961) gozaba de reconocimiento mundial como fotógrafa e innovadora de ese oficio. De pronto, virtualmente cayó en el olvido. Recientemente, hubo un redescubrimiento por medio de algunas de sus obras inéditas que conservó hasta su fallecimiento.

Gracias a ese material, en 2015 fue incluida en la exposición ¿Quién teme a las mujeres fotógrafas? (1839-1919), en el Museo de la Orangerie de París.

Ahora, el de Orsay le rinde un merecido homenaje con una gran retrospectiva, gracias a la colección personal de la artista, desenterrada por Thomas Galifot, jefe de fotografía del museo, quien posee la obra más importante de Laguarde.

A través de más de 200 piezas se muestra su obra inédita. Sus estudios sobre mujeres con el pelo largo recuerdan a los de otra gran figura de la fotografía, la inglesa Julia Margaret Cameron (1815-1879). Los retratos de Maurice Barrès, Paul Claudel, Darius Milhaud, Francis Poulenc y Francis Jammes reflejan sus asociaciones con el mundo literario y artístico.

Además, en 1914 Laguarde comenzó a practicar la microfotografía científica, tomando como base las investigaciones de su marido, Édouard Bugnion, profesor emérito de la Universidad de Lausana y eminente entomólogo.

Otros logros: fue una de las pioneras del “batik de arte’ en Francia, método de decoración de tejidos mediante teñido. Y del pictorialismo, el primer movimiento artístico en la historia de la fotografía.

Retratos, estudios de figuras y paisajes permiten apreciar la reputación que Laguarde gozó por su magistral uso del proceso de impresión con pigmentos.

Ello le valió elogios de los críticos que vieron en ella una contraparte femenina de Robert Demachy (1859-1936), líder de la fotografía artística en Francia y el primero en poner de relieve dicho proceso, todavía considerado como una de las técnicas de impresión más complejas y sofisticadas.

En 1932 dejó la fotografía para dedicarse a su otra pasión: la música, lo que le permitió entablar amistad con algunos de los compositores más sobresalientes de esa época, tal como se detalla en la exposición.

El trabajo de Céline Laguarde es pionero, original y vigente.