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México SA

Limpia en el Infonavit // Bola de queso podrido // Todos meten la mano

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▲ En la mañanera de ayer, Octavio Romero Oropeza, director general del Infonavit, evidenció casos en los que han sido favorecidas empresas, notarios y empleados del propio instituto, en perjuicio de los trabajadores afiliados.Foto Presidencia
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esde su creación, en 1972, el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) ha sido una enorme bola de queso en la que todos –menos los supuestos beneficiarios de la institución– han metido la mano hasta el fondo, en una interminable cadena de corrupción y complicidad, cuyos sólidos eslabones se unen en la santísima trinidad fundacional: gobierno, patrones y líderes sindicales. Y donde hay queso, hay ratas.

El vergonzoso jaloneo que se traen con el asunto de la reforma al Infonavit huele a podrido: dos de los integrantes del citado triunvirato (patrones y líderes) exigen que nada se toque, que nada se modifique, y si llegado el caso hay que hacer cambios en la ley respectiva, pues que se trate de una lavadita de cara, de una pasadita con pintura barata, siempre en el ánimo de la vieja escuela: cambiar todo para que no cambie nada para que no deje de fluir el recurso y el reparto a tres bandas. Mientras, los beneficiarios de la institución se mantienen en perpetua espera para que algo les salpique, así sea una vivienda alejadísima, cada más pequeña y de muy baja calidad, mientras los vivienderos y sus socios se hinchan de dinero.

Y tanto apesta, que el impresentable Ricardo Anaya se presenta como adalid de la anticorrupción (¡¡¡!!!), cuando en realidad sólo es una de las caras visibles de la feroz campaña mediática en contra de cualquier reforma al Infonavit, con la cantaleta de que te quieren robar tu ahorro en esa institución, y eso, dice, es una verdadera locura. ¡Y llevan décadas robándolos!

Ayer, el director del Infonavit, Octavio Romero, detalló de qué se trata la reforma: “combatir actos de corrupción, pues se ha encontrado que los sectores empresarial y de trabajadores –que forman parte del cuerpo directivo– han favorecido casos como la venta de una misma vivienda a varios derechohabientes”. Al mismo tiempo, tales sectores se han opuesto a la fiscalización de la Auditoría Superior de la Federación, al grado de ordenar a la anterior dirección general del Instituto que presentara amparos contra sus resolutivos ( La Jornada, Enrique Olivares y Alma Muñoz).

Algo más dijo Romero: la reforma elimina las direcciones sectoriales (de trabajadores, que gana 271 mil pesos mensuales, y empresarial, que percibe 262 mil) que no tienen funciones sustantivas ni responsabilidades, pero si prerrogativas y percepciones económicas muy por encima del sueldo de la Presidenta de la República (que gana 140 mil mensuales). Además, se termina el esquema de pago por asistencia a las sesiones de asamblea, consejo, comités y comisiones, de los integrantes de los sectores, que actualmente oscilan entre 60 y 90 mil pesos por cada asistente en cada sesión, de tal suerte que los cambios van a permitir un mayor control y vigilancia de los recursos provenientes del ahorro de los trabajadores (ídem).

Cuando despachaba en Palacio Nacional, Andrés Manuel López Obrador denunció que las vivienderas beneficiadas en gobiernos anteriores dejaron abandonados 600 mil departamentos en unidades habitacionales financiadas por el Infonavit, lo que es clara muestra “del saqueo y corrupción en el sector… Es el saldo de la corrupción del periodo neoliberal en materia de construcción de unidades habitacionales, sólo con el propósito de beneficiar a gente cercana al gobierno, a familiares de servidores públicos, a partir de la construcción en zonas apartadas, de alto riesgo, sin servicios, donde nunca se pusieron escuelas, guarderías, centros de salud; entonces, no podía ir el trabajador a vivir”.

El entonces mandatario detalló que “conseguían terrenos a bajo precio, por hectárea, y lo vendían por metro cuadrado; construían huevitos de 30 metros cuadrados, querían que trabajadores de la ciudad se fueran allá a vivir, cuando ellos lamentablemente a veces tardan dos o tres horas para llegar a su trabajo. Tenemos que poner punto final. Agreguen todo el coyotaje, despachos que compraban supuestamente las carteras vencidas y desalojaban a los trabajadores de sus departamentos. Basta al periodo de saqueo en el Infonavit, de corrupción en constructoras, inmobiliarias, políticos”.

Pero la bola de queso podrido es enorme y las ratas se niegan a dejar de meterle la mano.

Las rebanadas del pastel

¡Qué manía!: a pesar de que su nominación para la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México ha sido rechazada por los cuatro integrantes del Consejo Judicial Ciudadano, alguien insiste en mantener en las alturas a otra de las integrantes de la familia Alcalde Luján, en este caso a Bertha. ¿Y el papelón en el sexenio anterior?

X: @cafevega