Participará en las fiestas de fin de año en el Ángel de la Independencia // Me dedico a hacer bailar a la gente de todas las edades; llevarles alegría
, señala Apolinar Silva de la Barrera
Madrid. En el centro del escenario del madrileño Teatro Español estaba el féretro con los restos mortales de Marisa Paredes, rodeado de decenas de coronas de flores y centenares de rosas para darle el último adiós de su público y de su ciudad. Porque la actriz, que murió el pasado martes de un paro cardiaco fulminante, era muy querida y admirada por sus más de 50 años de profesión en los que se convirtió un referente del teatro, el cine y la televisión. Tanto autoridades políticas como compañeros de profesión, pero sobre todo miles de personas anónimas que le profesaban una devoción profunda, la arroparon en su despedida.