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Palomazos se mezclan con lágrimas en adiós a Bátiz
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El rock nació en Tijuana, era uno de los dichos de Javier Bátiz. Abajo, aspecto del tributo realizado en el Cecut.Foto Juan Pablo Guerra / La Jornada BC
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 17 de diciembre de 2024, p. 8

Tijuana. El padre del rock mexicano, Javier Bátiz (1944-2024), fue velado en medio de música, anécdotas y remembranza de sus dichos en su natal Tijuana, a la que regresó en 1994 después de, con su sonido innovador, marcar pauta desde el centro del país.

En realidad nunca se fue. Si bien para el mundo murió el maestro de Carlos Santana, El Brujo que mezclaba el rock con blues, jazz o soul y que tocó con grandes como BB King, en su tierra se habla del hombre que abría las puertas de su casa a quien lo quisiera escuchar o aprender de él.

¿Cómo era?, como su rola Libre como el aire, porque “vivo en una casa de cristal/ y no me escondo de nadie/... sé que yo le temo a Dios y que no le temo al diablo, pues he estado con los dos y sé muy bien de lo que hablo...

Por eso hubo quienes colocaron flores frente a su casa al conocerse su muerte; tocaron para reunir fondos para su familia a raíz de la enfermedad o hablan de su maestro como una persona entrañable, exigente, pero siempre con humor.

El que toca por dinero llega al banco, el que toca por amor llega a Dios o Cuando un tijuanense ayuda a otro tijuanense, Tijuana crece eran algunos de sus dichos recurrentes, recuerda uno de sus discípulos, quien contó que cuando tenía 15 años empezó a ir todos los miércoles por la tarde a la casa donde Bátiz nació hace 80 años y murió el sábado pasado.

Su esposa y su hija celebran la vida del músico. Lloran, pero también cantan. Claudia Madrid, su viuda, se subió al escenario a tocar la batería durante el primer homenaje que le hicieron la noche del domingo en el Centro Cultural Tijuana (Cecut).

Fue el momento más emotivo, ella, Erick Ibañez y Fernando García en la guitarra eléctrica (dos de sus alumnos y miembros de su banda), con Jorge Villalobos y Marco Rentería, convirtieron un encuentro de más de 200 personas en un acto íntimo, un atisbo a la comunión a la que Bátiz enseñó.

Que si usaba frecuentemente sus camisetas con las letras Tijuana (no sólo en los conciertos)... que si llevaba siempre un pañuelo de la Virgen de Guadalupe en la bolsa del pantalón... que si muchos le cuestionaban su vuelta a Tijuana cuando podía estar en la cima en la Ciudad de México... El rock nació en Tijuana, respondía mientras bluseaba una pieza de regional mexicano.

El Instituto Sinaloense de Cultura anunció que proyectará el próximo jueves a las 12 horas el documental Javier Bátiz y el blues que vino del norte. Con una duración de 50 minutos, la cinta dirigida por el aclamado Felipe Parra se sumerge en la influencia y legado del guitarrista y cantautor.

Desde su adolescencia, Bátiz tomó las riendas de su guitarra, convirtiéndose en pionero del rock mexicano, marcando un antes y un después en la escena musical del país. Parra, reconocido documentalista, ha tejido una obra profunda y rica en la difusión de la cultura e historia del norte de México. La película no sólo es un tributo al icónico músico, sino también una pieza clave para comprender su influencia.