En sesión solemne, el Senado entregó ayer la Medalla Belisario Domínguez en su edición 2023 a la periodista y activista Ninfa María Deándar Martínez, directora del diario El Mañana de Nuevo Laredo, Tamaulipas, quien a pesar de su delicado estado de salud estuvo presente y pudo dirigir un mensaje desde la tribuna, en el que reconoció el legado del ex presidente Andrés Manuel López Obrador.

Ayudada por Gerardo Fernández Noroña (Morena), presidente del Senado, a ponerse de pie, la periodista expresó que, como hizo antes, junto con su padre, y ahora con sus hijos, dará la batalla por la soberanía nacional.

“Ahí estamos a sus órdenes, compañeros, y si quieren nos vamos con Andrés Manuel, a La Chingada, pero no dejaremos que vulneren nuestra patria”, destacó entre aplausos de los legisladores de Morena y aliados.

Más tarde, en el discurso que leyó su hija, Ninfa Cantú Deándar, envió otro mensaje al ex mandatario. Aquí me dirijo al ex presidente Andrés Manuel López López Obrador: sepa usted, presidente, que esta medalla, lo cual México sabe bien, debería ser suya.

Agregó que el galardón se lo entrega al pueblo de Nuevo Laredo, al que que usted justamente reconoció frente a la nación entera por su empatía natural entre patriotas. Nos enorgullece saber, además, que su legado político ha transcendido, ahora con una primera mujer presidenta, con A, destacó en esa sesión solemne a la que asistió la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, como representante de la mandataria Claudia Sheinbaum.

La galardonada, quien en principio se pensó que no podría ingresar al salón de plenos porque no se sentía bien, al final lo hizo, con mascarilla de oxígeno, que se quitó un momento para expresar el breve mensaje en el que pidió además que subiera al pleno el hijo de Luis Donaldo Colosio Murrieta, ahora senador de MC, al quien abrazó efusiva.

La presidenta de la Comisión de la Medalla Belisario Domínguez, Virginia Marie Magaña Fonseca (PVEM), destacó que Deándar Martínez, desde la dirección del periódico El Mañana, que asumió a la muerte de su padre, en 1968, “puso a ese medio de comunicación al servicio del pueblo mexicano y durante su trayectoria periodística enfrentó innumerables adversidades, amenazas, encarcelamientos y atentados contra su dignidad.

Este año, agregó, el diario llega al centenario de vida, y reconocer a Ninfa Deándar y su trayectoria en defensa de la libertad de expresión obliga a reflexionar sobre los riesgos actuales de quienes ejercen el periodismo en el país.

En su discurso, la galardonada reconoció que no fueron fáciles “los 100 años de batallas, dadas en una mesa de redacción en la frontera norte. En Laredo, ciudad de patriotas, emergió El Mañana, en 1924, dirigido por su padre, Heriberto Deándar Amador, un liberal de cepa, inspirado magonista, y comenzó una historia de luchas de hombres y mujeres valientes, combatientes de la pluma, contra los abusos y los despojos.

En igual tono, destacó: el verbo es vida y el poder de la palabra debe estar al servicio de los pueblos. Ahora, el campo de la lucha se ha trasladado al espacio digital, y ahí también estaremos con las fuerzas progresistas, soberanistas, y desde esa trinchera sólida para continuar la lucha de las causas populares”.

Esta vez, la entrega de la Medalla Belisario Domínguez fue diferente, ya que no asistió ningún representante del Poder Judicial, ni el presidente de la Cámara de Diputados ni el gobernador de Chiapas, Eduardo Ramírez; este último, porque al presidente del Senado se le olvidó invitarlo.