Dedicados al insulto, los diputados se olvidaron durante la madrugada del jueves de las cifras del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2025 que debían aprobar, y entraron de lleno en una dinámica de provocaciones, burlas y jaloneos, que en sus momentos más álgidos llegó a los empujones.

En las tres horas anteriores a la votación del dictamen en lo particular –que finalmente fue avalado por 353 votos en favor, de Morena y aliados, y 128 en contra, del bloque opositor– el clima de confrontación creció conforme PAN, PRI y MC redujeron su discurso a las mentadas para criticar a la mayoría legislativa.

Ya de madrugada, mientras ese era el tono, el panista Marcelo Torres Cofiño picó a la bancada guinda al afirmar, con sarcasmo, que el presupuesto del año entrante no es para los pobres: es para los López. Es una clara instrucción que les dio el líder de esa horda destructora zombi a la que pertenecen todos ustedes.

La frase caló en las curules morenistas, desde donde surgió el coro ¡es un honor estar con Obrador!, al que –con puño en alto– se sumó la vicepresidenta de la mesa directiva, Dolores Padierna, acción que fue reclamada por la coordinadora de la bancada del PAN, Noemí Luna, quien reprochó que la legisladora se había saltado el comportamiento institucional al que la obliga su cargo.

En el desorden, los diputados pasaron de los gritos a los manotazos. Christian Castro (PRI) empujó a varios morenistas y los coordinadores debieron intervenir para calmar las aguas.

Hasta que la panista Paulina Rubio Fernández volvió a incendiar las curules guindas cuando subió a tribuna a reclamar a Morena, específicamente a Padierna y Alfonso Ramírez Cuéllar, olvidar su crítica de hace 34 años a la aprobación del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa), para rechazar ahora que se suspenda el pago de intereses del ahora Instituto Bancario de Protección al Ahorro (IPAB).

Aludida, Padierna bajó a su curul para desde ahí responder la desvergüenza del panismo y la desmemoria histórica del PRI, que también exigía suprimir el IPAB. A unos metros de la legisladora, el también morenista Jorge Luis Sánchez Reyes de plano se quitó el saco y, a zancadas, avanzó hacia la panista, pero fue contenido por sus compañeros.

En ese ambiente, los dos bloques se acusaron mutuamente de asistir borrachos al debate en el salón de sesiones, y los panistas exclamaron ¡alcoholímetro, alcoholímetro!

A las 3:30 de la madrugada, un centenar de oradores había desfilado por la tribuna y sólo faltaba la intervención del coordinador de Morena, Ricardo Monreal Ávila, quien se ausentó del pleno poco después de la votación en lo general y reapareció sonriente, con el cabello recién cortado. Desde la tribuna, dio una arenga de ocho minutos, la mayor parte contra la rijosidad opositora.

“Hoy –dijo, mientras blandía el índice derecho hacia PAN y PRI–, estamos escribiendo una página más de la historia moderna de México. ¡Y vamos a darle a la población lo que nos demandó en las urnas: un presupuesto congruente, consecuente y realista! ¡Que viva la Cuarta Transformación! ¡Salud!”